
El hallazgo del cuerpo de K. J. C. , de tan solo 7 años, en un río de Tucumán ha conmovido a la sociedad argentina. La niña fue encontrada muerta a principios de marzo, después de ser reportada como desaparecida. Su madre, Daniela Fernanda Ávila, está acusada de un crimen de extrema gravedad: abandono de persona seguido de muerte.
El caso ha capturado la atención de la opinión pública, especialmente en Tucumán, donde las autoridades confirmaron la prisión preventiva de Ávila. La investigación apunta a que la mujer actuó de manera negligente, dejando a la menor sin protección en condiciones de alto riesgo. Además, se ha revelado que la madre intentó encubrir los hechos, aportando información falsa durante la denuncia.
El cuerpo de K. J. C. fue encontrado el 2 de marzo en las orillas del río Lules, en la localidad de Lules, Tucumán. La niña había sido reportada como desaparecida por su madre, quien la llevó a la zona con la excusa de ir a visitar a su pareja. Según la denuncia de Ávila, la pequeña se perdió mientras caminaban cerca del puente que cruza el río. Sin embargo, investigaciones posteriores revelaron que la madre dejó a la niña en medio del cauce del río, exponiéndola a condiciones extremas.
La niña, según los informes forenses, sufrió múltiples golpes en la cabeza, lo que agravó su situación al estar atrapada en el agua. La causa de su muerte fue asfixia por sumersión, lo que hace que este caso sea aún más desgarrador. Los investigadores detallaron que la menor no solo fue abandonada, sino que también estaba desamparada, sin la capacidad de pedir ayuda ni defenderse en un entorno tan peligroso.
Durante la investigación, las autoridades descubrieron que, tras abandonar a su hija en el río, Daniela Ávila se dirigió a los corsos de carnaval, un evento tradicional en la región. La mujer se habría quedado allí celebrando sin tomar medidas para ayudar a su hija. En la denuncia posterior, Ávila declaró que había perdido de vista a la menor mientras caminaban cerca del río, pero los datos falsos proporcionados dificultaron el trabajo de los investigadores.
El fiscal encargado del caso, Pedro Gallo, destacó la gravedad del hecho, al señalar que la madre dejó a su hija en un lugar peligroso y no hizo nada para asistirla ni solicitar ayuda. Además, el comportamiento posterior de Ávila, incluyendo su intento de desviar la atención con información falsa, generó más sospechas sobre su implicación en el deceso de K. J. C.
Tras una audiencia judicial, la Justicia dictó prisión preventiva para Daniela Ávila, quien, según los informes, presentaba un cuadro de ansiedad severa. Debido a esto, se decidió que la mujer sea trasladada a un hospital psiquiátrico para recibir atención y tratamiento adecuado. La acusación formal contra ella es por abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo, ya que la niña era su hija.
La prisión preventiva se dictó por un plazo de tres meses, dado que existen riesgos procesales, como el peligro de fuga o la obstrucción de la investigación. Las autoridades continuarán con las investigaciones para esclarecer todos los detalles del caso y determinar las responsabilidades de Ávila en este trágico suceso.

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