Doce policías y un civil resultaron heridos este martes tras un enfrentamiento entre la fuerza pública y manifestantes que bloquean vías en Bolivia en protesta contra el gobierno y en apoyo al expresidente Evo Morales, investigado por un supuesto caso de estupro.
El choque se produjo en Mairana, en el departamento de Santa Cruz, uno de los puntos de la protesta que empezó el 14 de octubre.
Al hospital de esa localidad "ingresaron 13 pacientes en total: 12 de ellos policías y un civil", dijo a la AFP María Veizaga, médica del centro de salud.
Los heridos presentan contusiones y golpes. Cuatro de ellos fueron trasladados a un hospital con traumatismo encefalocraneal, agregó la fuente.
Desde el comienzo de las protestas, los puntos de bloqueo pasaron de cuatro a 23 el lunes, según la estatal Administradora Boliviana de Carreteras.
Con el enfrentamiento de este martes también aumentaron a 27 los heridos en dos semanas de manifestaciones, la gran mayoría uniformados, señala el balance oficial.
El enfrentamiento de este lunes se produjo cuando la fuerza pública entró a despejar la carretera en Mairana.
"Hemos recibido un contraataque; una arremetida de los bloqueadores que aparentemente han emboscado a la fuerza policial", declaró a la prensa el comandante de la policía de Santa Cruz, Rolando Rojas.
Las protestas son protagonizadas por campesinos aliados del expresidente Morales, en rechazo a la "persecución judicial" de su líder de 65 años.
La toma de las vías afecta principalmente al departamento de Cochabamba, donde el exmandatario está resguardado por sus bases políticas, ante la posibilidad de que la fiscalía ordene su aprehensión.
El líder indígena está bajo investigación por estupro, trata y tráfico de personas, a raíz del supuesto abuso de una menor en 2015, cuando aún era presidente.
Morales rechaza la acusación como una "mentira más" orquestada por el gobierno de su exministro Luis Arce, con quien mantiene una agria disputa por la candidatura presidencial de cara a las elecciones de 2025.
La protesta en apoyo del expresidente se convirtió en un airado reclamo contra el gobierno de Arce por la crisis derivada de la escasez de combustible y de dólares, y el aumento de los precios de la canasta básica.
La tensión se elevó aún más después del domingo, cuando Morales denunció un atentado a balazos contra su vida por parte de un grupo policial y militar.
Según su versión, el automóvil en el que se movilizaba recibió 14 impactos de bala en un ataque perpetrado en la región cocalera del Chapare, en Cochabamba, y del que salió ileso.
Su chofer resultó herido por el roce de los proyectiles.
Morales, que gobernó entre 2006 y 2019, acusó a la administración de Arce de intentar matarlo.
El lunes, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, desmintió a Morales y lo acusó de montar un "teatro" en torno al episodio.
Según el ministro, el equipo de seguridad del expresidente fue el que disparó contra una patrulla policial, al eludir un puesto de control antidrogas. Un uniformado resultó herido, de acuerdo con el funcionario.
Este martes, Morales pidió a los organismos regionales CELAC y ALBA que investiguen su denuncia.
Tanto la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) como la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) están conformados por gobiernos aliados del líder indígena de izquierda.
"Exigimos una investigación internacional e independiente desde organismos como el ALBA o CELAC", señaló el exgobernante en la red social X.