El alcalde de Quito, Pabel Muñoz, informó este viernes que se apagaron los devastadores incendios que consumieron 140 hectáreas de bosque y dejaron seis personas heridas en la capital ecuatoriana.
"Se ha liquidado el peor incendio de, al menos, los últimos 30 años. Este logro lo debemos al fabuloso Cuerpo de Bomberos que tiene Quito, a los Bomberos de ciudades hermanas que nos ayudaron", señaló Muñoz en su cuenta de Quito.
El fuego empezó el martes y se extendió por las zonas de Guápulo, el Parque Metropolitano Guangüiltagua (uno de los más grandes) y el cerro Auqui. Ese día la capital registró una treintena de quemas, lo que llevó a las autoridades a declarar la ciudad bajo "ataque" por considerar que fueron incendios provocados.
Bomberos de Quito y de las ciudades de Ambato, Riobamba, Lago Agrio, Quijos y Santo Domingo combatieron durante cuatro días el fuego que afectó a siete viviendas de zonas residenciales como Bellavista y de barrios modestos como Bolaños. A ellos se sumaron militares, policías, socorristas y civiles.
Un joven fue detenido como el presunto autor del incendio que inició en la zona de Guápulo. Otras tres personas también han sido señaladas de provocar quemas en la ciudad de casi tres millones de habitantes.
Los bomberos de Quito por su parte escribieron también en X: "Hoy cerramos las operaciones en el Puesto de Mando Unificado que se estableció para atender los incendios forestales que se registraron en los sectores de Guápulo, Parque Metropolitano y cerro Auqui". Las tareas de control y liquidación finalizaron hacia las 18H20 locales (23H20 GMT).
El fin de los trabajos coincidió con la llegada de las lluvias a Quito, donde no había precipitaciones desde hace 48 días.
Ecuador enfrenta una crisis hídrica que ha llevado al gobierno a declarar en alerta roja a 20 de las 24 provincias del país, que este año ya registra 3.300 incendios forestales que dejaron 14 heridos y casi 800 personas afectadas, según la secretaría de Riesgos.
La sequía desde hace tres meses ha reducido a mínimos históricos los embalses de las hidroeléctricas, que cubren un 70% de la demanda nacional, y obligó a nuevos racionamientos de energía, esta vez de hasta 12 horas por día.
Unas 40.000 hectáreas de cultivos ya se han visto afectadas por la seca y el fuego, según el ministro de Agricultura, Danilo Palacios.