Los Estados miembros de la ONU debatieron este martes un proyecto de resolución palestino para poner fin a la ocupación israelí de los territorios palestinos en un plazo de 12 meses, un texto cuya probable aprobación ya ha provocado la ira de Israel.
En julio, en respuesta a una consulta de la Asamblea General sobre la ocupación israelí desde 1967, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) consideró que "la presencia continuada de Israel en los territorios palestinos ocupados es ilícita" y señaló que Israel "tiene la obligación de poner fin a esa situación en el plazo más breve".
Con base en esa recomendación, los países árabes pidieron convocar una nueva sesión especial, pocos días antes de la llegada a Nueva York de decenas de jefes de Estado y de gobierno para la Asamblea General de la ONU, durante la cual la guerra en Gaza será un tema dominante.
"La idea es utilizar la presión de la comunidad internacional en la Asamblea General y la presión de la decisión histórica de la CIJ para obligar a Israel a cambiar de actitud", declaró el embajador palestino ante Naciones Unidas, Riyad Mansour, al apuntar que el texto presentado, más concreto que los anteriores, "impactó a muchos países".
El proyecto de resolución, que será sometido a votación el miércoles a las 11H00 locales (15H00 GMT), "exige" a Israel "poner fin sin demoras a su presencia ilícita" en los territorios palestinos y establece para ello un plazo de "máximo doce meses", luego de la adopción de la resolución. Un primer proyecto concedía tan solo seis meses de plazo.
Israel rechazó de plano la resolución el martes.
"Nos reunimos aquí para ver el circo de los palestinos en la ONU, un circo en el que el mal es justo, la guerra es paz, el asesinato está justificado", dijo el embajador de Israel ante Naciones Unidas, Danny Danon.
"Cómo se atreven a continuar esta tradición de aprobar resoluciones unilaterales contra Israel", lanzó.
El proyecto de resolución también "exige" la retirada de las fuerzas israelíes de los territorios palestinos, el cese de nuevos asentamientos, la restitución de tierras y propiedades confiscadas y la posibilidad de retorno de los palestinos desplazados.
Por otro lado, la última versión también pide a los Estados que tomen medidas para "poner fin" al suministro de armas a Israel que puedan utilizarse contra los palestinos.
"Los palestinos quieren vivir, no sobrevivir. Quieren estar seguros en sus hogares", declaró Mansour el martes, al iniciar el debate sobre la primera resolución presentada por los palestinos.
"¿Cuántos palestinos más tienen que morir para que se produzca finalmente un cambio que ponga fin a esta inhumanidad?", cuestionó.
El dictamen de la CIJ fue "un dictamen histórico, ya que era la primera vez que el tribunal examinaba la ocupación israelí en su conjunto", dijo Mansour.
Estados Unidos también denunció el "lenguaje incendiario" de un texto que no menciona el hecho de que "Hamás, una organización terrorista, está en el poder en Gaza".
"Adoptar una resolución parcial que interpreta selectivamente el dictamen de la CIJ no hace avanzar lo que todos queremos, dos Estados que vivan en paz, uno al lado del otro", declaró la embajadora estadounidense Linda Thomas-Greenfield.
Mientras que el Consejo de Seguridad está en gran medida paralizado en este asunto debido al reiterado uso por parte de Estados Unidos de su derecho de veto para proteger a su aliado israelí, la Asamblea General ha aprobado en varias ocasiones desde octubre textos en apoyo de los palestinos.
La guerra estalló el 7 de octubre con el ataque del movimiento islamista Hamás en el sur de Israel, que provocó la muerte de 1.205 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP con base en datos oficiales israelíes.
Los comandos islamistas secuestraron ese día a 251 personas, de las que 97 siguen retenidas en Gaza, y de las que 33 han sido declaradas muertas por el ejército israelí.
En represalia, Israel lanzó una ofensiva en la Franja de Gaza, gobernada por Hamás desde 2007, que ha dejado al menos 41.252 muertos, según el Ministerio de Salud local.