El Vaticano exigirá a trabajadores y visitantes presentar un certificado sanitario de COVID-19 a partir del 1 de octubre, informó este lunes la oficina de prensa de la Santa Sede. La medida fue tomada a pedido del papa Francisco, acérrimo defensor de la campaña de vacunación contra el coronavirus.
Según la ordenanza, “a partir del 1 octubre de 2021” el acceso al Estado de la Ciudad del Vaticano será permitido a todas las personas que presenten un certificado sanitario válido europeo o del exterior, con el fin de “prevenir, controlar y contrarrestar” la emergencia sanitaria.
La gendarmería vaticana será la encargada de controlar el llamado “pasaporte verde” que acredita la vacunación contra la COVID-19 en Italia o la inmunización tras haber pasado la enfermedad. Podrá ser presentada también la prueba molecular o de antígenos rápida con resultado negativo realizada en las últimas 48 horas.
La única excepción admitida es para los fieles que acuden a “celebraciones litúrgicas por el tiempo estrictamente necesario para la realización del rito”, subraya el texto. Según algunos medios de prensa, la excepción es válida para las personas que asisten a la audiencia de los miércoles en el Vaticano presidida por el papa.
Con esa medida la Ciudad del Vaticano, un enclave en el corazón del Roma, se alinea con las adoptadas por Italia, que decretó que a partir del 15 de octubre será obligatorio presentar el pasaporte sanitario para poder acceder a los lugares de trabajo tanto en el sector público como en el privado.
El papa Francisco admitió recientemente ante la prensa durante su viaje de regreso de Eslovaquia que hay un pequeño grupo de personas dentro del Vaticano contrario a la vacunación. “Estamos estudiando cómo ayudarlos”, comentó.
La ordenanza del Vaticano no especifica si la falta de certificado sanitario será castigada como en Italia, que prevé que al cabo de cinco días de ausencia injustificada, la persona puede ser “suspendida” del trabajo y el salario.