Los australianos que hayan permanecido en India durante los últimos 14 días y regresen a su país desde este lunes, cuando entra en vigor la prohibición de retorno, se podrían enfrentar a una condena de hasta cinco años de cárcel y una multa, advirtió el Gobierno del país oceánico.
El ministro del Tesoro, Josh Frydenberg, defendió este sábado ante los medios locales la “drástica” decisión adoptada anoche por el Ejecutivo con el objetivo de “mantener a salvo a los australianos” dentro del país.
Aquellos que se salten la orden temporal serán acusados de vulnerar la Ley de Bioseguridad, penada con hasta cinco años de prisión y multas de hasta 66.000 dólares australianos (casi 51.000 dólares estadounidenses o más de 42.350 euros).
Según el canal público ABC, esta es la primera vez que las autoridades australianas prohíben a sus ciudadanos regresar al país.
Mapa que representa el número de casos activos de COVID-19 en los estados federales indios, según datos de las autoridades sanitarias hasta el 30 de abril. Infografía: AFP
Frydenberg aseguró que actúan siguiendo los consejos de sus expertos médicos y por la “grave” situación en India, epicentro actual de la pandemia de la COVID-19 y donde el último 30 de abril se superaron los 380.000 nuevos casos diarios.
“Nuestros corazones están con la gente de India y la comunidad indio-australiana. Los amigos y familia de aquellos que están en Australia se encuentran en riego extremo. Trágicamente, muchos de ellos contraen la COVID-19 y muchos, desgraciadamente, mueren cada día”, apuntó en un comunicado el ministro de Salud, Greg Hunt.
El Gobierno de Australia, país que cuentan con unos 9.000 nacionales en India, ya suspendió la conexión aérea con el país asiático y revisará la medida el próximo 15 de mayo, además de comprometerse a enviar ayuda sanitaria de urgencia.
Australia cerró sus fronteras internacionales —salvo para vuelos humanitarios y otras excepciones— al principio de la pandemia y solo permite viajar a sus ciudadanos a Nueva Zelanda, con quien ha implementado una burbuja aérea.
Todos los australianos que quieran regresar al país se han visto obligados a guardar una larga lista de espera ante la escasez de habitaciones habilitadas para guardar las dos semanas de aislamiento obligatorias.
El país, que prácticamente ya ha retornado a la normalidad, suma desde el inicio de la pandemia 29.801 casos, incluidos 910 fallecidos, la mayoría durante el brote de mediados de 2020 en Melbourne vinculado a una serie de fallos en los centros de cuarentena.