Este sábado 24 de abril, Estados Unidos alcanzó 32 040 606 casos confirmados del coronavirus SARS-CoV-2 y 571.910 fallecidos por la enfermedad de la COVID-19, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins. Este balance muestra 801 muertes más que el viernes y 54.231 nuevas infecciones.
California es ahora el estado más golpeado por la pandemia con 61.440 muertos, seguido por Nueva York (51.951), Texas (49.921), Florida (34.812), Pensilvania (25.963), Nueva Jersey (25.367) e Illinois (24.114).
Otros estados con un gran número de fallecidos son Georgia (19.973), Ohio (19.122), Michigan (18.409), Massachusetts (17.544) o Arizona (17.260).
En cuanto a contagios, California suma 3 730 658. Le sigue Texas con 2 872 400; tercero es Florida con 2 203 913 y Nueva York es cuarto con 2 027 029.
El saldo provisional de fallecidos, que asciende a 571.910, supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha pronosticado que en total morirán más de 600.000 personas en el país a causa del virus.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para el 1 de agosto habrán muerto precisamente unas 600.000 personas.
En lo que a vacunas se refiere, unos 138,6 millones de personas (un 41,8% de la población estadounidense) han recibido al menos una dosis, de las cuales 93 millones (28%) están ya completamente inoculadas, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC).