Las vacunas contra la COVID-19 fabricadas por China no ofrecen un nivel de protección muy alto de protección, afirmó el pasado sábado el principal funcionario de control de enfermedades en el país, Gao Fu. El director del Centro reveló que esta situación está llevando al Gobierno a considerar mezclar los medicamentos para obtener una mejor inmunización.
“No tienen tasas de protección muy altas. Ahora se está considerando formalmente si deberíamos usar diferentes vacunas de diferentes líneas técnicas para el proceso de inmunización”, dijo en una conferencia el sábado en la ciudad suroccidental de Chengdu.
Según cita The Washigton Post, algunos expertos afirman que la combinación de vacunas o la inoculación secuencial podrían aumentar la eficacia de las mismas. En Reino Unido, los investigadores se encuentran analizando precisamente esa posible mezcla de las vacunas de Pfizer y AstraZeneca.
Con respecto al material de inmunización fabricado en China, de momento se conoce que su eficacia es menor en comparación con otras que ya se encuentran siendo aplicadas. Por ejemplo, en Brasil, un estudio reveló que la vacuna de Sinovac, de un desarrollador chino, tiene una eficacia de apenas el 50,4% (el umbral es del 50%). Pfizer, por otro lado, posee una eficacia del 97%.
Las vacunas fabricadas por dos empresas de medicamentos estatales, Sinovac y Sinopharm, se han exportado a 22 países, incluidos México, Turquía, Indonesia, Hungría, Brasil y Turquía, según el Ministerio de Relaciones Exteriores chino.
No obstante, en marzo se supo que varias personas en los Emiratos Árabes Unidos (EAU) estaban siendo invitadas a recibir una tercera inyección de la vacuna Sinopharm después de que las pruebas de anticuerpos indicaran que no tenían una respuesta inmune suficiente después de dos dosis.