En 2004, Matthieu Ricard fue declarado el ‘hombre más feliz del mundo’ luego de que un estudio neurocientífico explorara su cerebro y determinara que su nivel de felicidad era mayor a los límites establecidos. El francés de 74 años dedicado al budismo atribuye este resultado a la meditación.
En diálogo para la BBC, el también biólogo molecular y asesor personal de Dalái Lama explicó que el estudio que originó su denominación como el ‘hombre más feliz del mundo’ en realidad lo que hizo fue analizar los cambios que logró esta práctica en su cerebro: una menor sensación de estrés, de enojo y de otras emociones negativas. Asimismo, la meditación lo ayuda a mejorar la relación con los demás, asegura. Esto en conjunto le permite conseguir la felicidad, a través del cultivo de cualidades fundamentales.
“La felicidad es más bien una forma óptima de ser que resulta del cultivo de muchas cualidades fundamentales como el altruismo, la compasión, la libertad interior, la resiliencia, el equilibrio emocional, el equilibrio interior, la paz interior y otros. A diferencia del placer, todas estas cualidades son habilidades que pueden cultivarse mediante la práctica y el entrenamiento de nuestra mente”, detalló Ricard.
Para el budista, sin embargo, el secreto para conseguir la felicidad se basa principalmente en el altruismo y la compasión.
“La búsqueda de la felicidad egoísta no funciona, es una situación en la que todos pierden. Uno hace miserable su propia vida mientras hace miserable la vida de todos los demás. Por el contrario, el altruismo es una situación en la que todos ganan. El objetivo es traer felicidad a los demás y remediar su sufrimiento y, como beneficio adicional, uno siente una gran felicidad al ser amable y benevolente”, aseguró.