Todo el mundo ha atravesado por diferentes cambios a nivel económico, sanitario y social, a causa de la pandemia de la COVID-19. A raíz del arribo del virus, los países decidieron aplicar las cuarentenas como medida de control; sin embargo, estas también han contribuido con un largo tiempo de calma.
Un estudio publicado en la revista Science, reveló la información analizada por 66 investigadores de diferentes partes del globo en la que se confirmó que ha sido el periodo más largo y relevante de silencio registrado en la historia de la humanidad.
Por varios meses, las disposiciones para mitigar el impacto del nuevo coronavirus han generado una transformación en las rutinas de los humanos, hecho que, a su vez, ha ocasionado la reducción del 50 % del ruido sísmico.
Estas ondas sísmicas no solo tienen su origen en el desplazamiento de tierra, sino también los movimientos del mar, cambios en la presión atmosférica, y la actividad del ser humano.
Por ello, que no haya habido traslados en vehículos ni aéreos, la suspensión de eventos multitudinarios y otras acciones, han propiciado la disminución de las vibraciones.
Calles casi vacías en Nueva York. Foto: AP.
El estudio permitió también localizar fuentes sísmicas subterráneas que no habían sido visibilizadas a causa del ruido humano. Además, se precisó cuánto ruido generan los ciudadanos en la Tierra.
Para conseguir resultados, los investigadores emplearon datos de 268 estaciones de monitoreo sísmico, localizadas en todo el mundo. Tomaron en cuenta información de sismógrafos técnicos en instituciones académicas y también sismógrafos de aficionados como los Raspberry Shakes.
“Encontramos una reducción casi global en el ruido, comenzando en China a fines de enero de 2020, luego seguida de Europa y el resto del mundo entre marzo a abril de 2020″, indicaron los miembros realizadores del estudio.
Escenario. Calles vacías, negocios cerrados, es el nuevo paisaje urbano en la bella Italia.
El ruido ambiental de alta frecuencia (hiFSAN) tuvo una mayor reducción en entorno poblados. En Sri Lanka, una estación sísmica permanente reveló que hubo una disminución del 50 % de ruido luego de las medidas de bloqueo. Esta es la cifra más baja que se registra en la zona desde julio de 2013.
De igual modo, en Bruselas, Bélgica, hubo una caída del 33 %. Por su parte, el Central Park de Nueva York, presentó un 10 % menos de ruido durante el cierre, en relación a momentos anteriores.
Las medidas de restricción y control contra la COVID-19 ocasionaron mayores cambios en las zonas marcadas en rojo. En cambio, en las de azul no hubo mayores transformaciones. (Foto: Infobae)
En el Caribe, exactamente en Barbados, la circulación y el turismo se redujeron considerablemente, lo que se tradujo en una disminución del 45 % del ruido por el periodo de cierre.
Entre marzo y mayo de 2020, la medida mundial de ruido llegó a decrecer hasta en un 50 %. Esta situación ha demostrado el impacto de la actividad humana en el ruido sísmico global.