A pesar de que el nuevo coronavirus sigue expandiéndose en México, los empresarios y turistas parecen haberse olvidado de la prevención y siguen su actividad cotidiana Acapulco.
El jueves pasado, la alcaldesa Adela Román Ocampo dispuso que todos los bares, discotecas, restaurantes y plazas comerciales debían cerrar para evitar la propagación del COVID-19.
Sin embargo, los hoteleros y empresarios solo acataron la medida durante la noche del jueves, ya que los bares y restaurantes en la costera Miguel Alemán lucían vacíos.
En ese sentido, horas después de anunciar la normativa preventiva, la misma alcaldesa se contradijo al señalar que “el cierre es opcional" y que lo deja a la conciencia de cada propietario.
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El presidente de la Federación de Cámaras de Comercio de Guerrero (Fecanaco), Alejandro Martínez Sidney, afirmó que el consumo en bares y restaurantes cayó un 80% durante la noche del jueves.
Además, recalcó que los hoteles y restaurantes seguirán atendiendo con normalidad mientras el gobierno no decrete la cuarentena obligatoria.
“La estancia federal no ha anunciado una cuarentena para toda la población, lo único que han suspendido son los actos masivos”, comentó el directivo.
Por otro lado, Martínez Sidney le pidió apoyo al gobierno para el comercio, pues lo ideal es que las empresas puedan mandar a sus empleados a la cuarentena con sueldo.
“El plan de contingencia debe consistir en suspender el pago de impuestos y servicios, pero también en el pago de los salarios de los trabajadores”, puntualizó el titular de Fecanaco.
Alejandro Martínez Sidney señaló que de las 40 mil empresas que operan en Acapulco, 11 mil ya suspendieron sus actividades de manera voluntaria debido a las medidas impuestas por el gobierno para contener el nuevo coronavirus en México.