“En nuestra sociedad todo se alinea con la intolerancia al que es diferente, con el irrespeto al otro, al que piensa distinto”. ,La mayoría mira al costado. Poquísimos se dan por enterados. Un joven de 17 años decide contarle a su padre su verdadera orientación sexual y entonces el señor Humberto Herrera Altamirano decide quitarle la vida a balazos a quien hasta ese momento es sangre de su sangre. Su lógica es: mejor muerto que gay. Por eso, antes de dispararle y de dispararse a sí mismo, reza y le pide a Dios que lo perdone por lo que va a cometer y le dice “cuida a mi hijito, ayúdame, señor, dale consuelo”. Ocurrió en Saposoa, San Martín, en el Perú de nuestros días. El primer crimen de odio del 2019. Y lamentablemente no será el último. Porque en nuestra sociedad todo se alinea para que la homofobia crezca, para que la homosexualidad sea perseguida y castigada hasta con violencia. Todo se alinea con la intolerancia al que es diferente, con el irrespeto al otro, al que piensa distinto. Se ataca al que no camina por nuestra vereda, se incentiva el odio y la agresión. Y eso pasa en la política, la religión, la vida diaria. Y se multiplica en las redes sociales a la “n” veces. Es terrible pensar lo que el adolescente debe haber vivido, no solo con los amigos del barrio y el colegio, sino con su entorno inmediato. Ha debido esperar la comprensión y el respeto del autor de sus días. Ha debido esperar apoyo y cariño en su hogar. Y solo se topó con obstinación religiosa, prejuicios, parámetros de lo que es masculino y femenino y la violencia que le sacó finalmente la vida. Que no haya más jóvenes en ese camino, muy cerca al abismo. Hagamos crecer la educación, la estima, la igualdad.