Thaniyay. Esta organización sin fines de lucro que inició en Lima hace algunos años abrió sus puertas en Arequipa. Da soporte a padres que perdieron sus hijos. ,Miriam tocó el cuerpo de su hijo Abel y se dio cuenta que había fallecido. Los guías de buceo que lo sacaron del mar en las costas de Cancún (México) trataron de reanimarlo, pero fue en vano. El joven de 22 años, pianista y próximo a estudiar Comunicaciones, falleció ahogado por una negligencia mientras buceaba en el mar. Él y su familia estaban de vacaciones en julio de 2015. PUEDES VER: Alepo: Explosión de coche bomba deja al menos 100 muertos “Gritas, te desesperas, te culpas, y al final piensas que no hay nada que hacer. Pierdes una parte de tu vida", cuenta Miriam sobre lo que sintió por su hijo. Tiempo después del entierro en el Perú, Miriam buscó libros de ayuda para sobrellevar su dolor, pero no era suficiente. Por internet accedió a distintos foros para padres de hijos fallecidos, al conocer sus testimonios encontró alivio. Es así que se enteró de Thaniyay (Sanarse), un grupo que ofrece apoyo a todos los padres y abuelos que han pasado por la dolorosa experiencia de perder uno o más hijos. Parte de lo que enseña es que es insulso preguntarse "¿por qué tuve que perder a mi hijo?", ya que nunca se encontrará una respuesta. Es mejor preguntarse el "¿para qué?". Uno de los para qué de Miriam es cuidar su salud para estar más tiempo con segundo hijo Gonzalo. Ayuda mutua Thaniyay es una organización sin fines de lucro que empezó en Lima. En enero de este año se formó en Arequipa y empezó con 3 integrantes, incluyendo a Miriam, quien hizo posible su instalación en la ciudad. "Tratamos que los padres salgan adelante. Les explicamos que el dolor no va a desaparecer, y que deben vivir con él y tratar de transformarlo, que trascienda en el amor que le dimos a nuestros hijos", explica Miriam. Si la pérdida es reciente y la madre acude al grupo por primera vez es probable que llore. Sus compañeras la escuchan y a través de sus experiencias tratan de ayudarla, haciéndole saber que no está sola. Pero en Thaniyay no solo se llora. En algunas sesiones las madres cuentan anécdotas sobre la vida de sus hijos con alegría, transformando ese dolor en sonrisas. "Hay madres que dijeron 'no vuelvo a cantar' y han vuelto a hacerlo. Yo pensé no volver a una playa y lo hice. Todo a su tiempo", dijo. Thaniyay ofrece esperanza y apoyo a todas las familias sin distinción de raza, condición social y/o creencias, cuando un ser querido se ha ido. El duelo Sarita Farfán Cruz, psicóloga de la Universidad Católica San Pablo y asesora en programas de acompañamiento de duelo, explica que superar la pérdida de un hijo es uno de los procesos más difíciles y complicados. En sus seis años de experiencia se percató que quienes más iban a visitar las tumbas eran padres, sobre todo cuando los fallecidos tenían entre 20 y 30 años. "Lo que más duele es la pérdida física, el no mirarlo, no tocarlo, no escucharlo", explica. Para la especialista se debe entender el duelo como un proceso emocional y no un estado. Dependiendo de la personalidad de cada padre, el proceso de recuperación puede durar meses o años. Farfán resalta la labor de Thaniyay. Si bien el luto es individual y muy personal, compartir estas experiencias ayuda al padre o madre a superar el sufrimiento. "No es bueno que uno solo sea la pirámide o el muro donde todos lloran. Es mejor que todos nos sentemos, conversemos y recordemos cosas positivas", puntualizó. En caso que el duelo provoque depresión moderada a grave, problemas de salud emocional y física, sí es necesario buscar ayuda psicológica o psiquiátrica.