Ataque de 'marcas' en el rímac. El suboficial Yoeen Sánchez recién tenía dos años de servicio. El otro agente, Gustavo Romero, deja seis hijos huérfanos, tres de ellos aún en el colegio. El ministro del Interior pidió cadena perpetua para los responsables., “Tu vida fue muy linda y a la vez triste, pero por sobre todo fue demasiado corta. Terriblemente corta. Y eso es lo que duele”, expresa Magda Aguilar, mientras sostiene sobre su pecho una fotografía de su esposo Yoeen Ebhert Sánchez Anaya, el joven suboficial de tercera asesinado por una banda de 'marcas' en el Rímac. PUEDES VER: Más de 150 cústeres y buses con 30 años de antigüedad deben ser retirados en Lima En este tiroteo también murió su compañero, el suboficial técnico de primera Gustavo Fidel Romero Zevallos, padre de seis hijos, cinco de ellos en edad escolar. Yoeen tenía 23 años, dos de los cuales los dedicó al servicio de la Policía Nacional. "Ya no tengo palabras para expresar el dolor que siento. Esa sonrisa hermosa que tenía, veo todas nuestras cosas y me da una impotencia que ya no esté acá. Es tan injusta la vida”, señala Magda sin poder contener el llanto. La pareja iba a celebrar en el mes de mayo su primer aniversario de matrimonio e incluso habían planificado tener un hijo. “Nunca vas a salir de mi corazón. Tú me cambiaste la vida y hoy me toca despedirte", reflexiona. Yoeen pertenecía a la promoción Audaces. Fue condecorado y felicitado seis veces en reconocimiento a su destacada intervención policial que reflejaba su entrega, coraje y mística. “Mi esposo era un buen policía, amaba a su institución. Lo voy a extrañar, solo nosotros dos sabíamos lo lindo que fue nuestro amor, tan perfecto todo”, agrega la afligida joven luego de recibir las condolencias del ministro del Interior, José Luis Pérez Guadalupe, y del director de la PNP, general Vicente Romero. Su padre Ebher es un militar retirado y su madre Carmen Rosa siente que le han arrancando el corazón. "Era un ser muy sublime", recuerda. Deja seis hijos "Tanto amor, tantos proyectos, tanta vida te quedaba, ¿y ahora cómo sigo sin ti?, si eras mi todo, nuestro amor fue lo más lindo que me pasó en la vida", se le escucha decir a Juana Baquedano al lado del ataúd que contiene los restos de su esposo, el suboficial Gustavo Romero Zevallos. "Ojalá que las promesas ofrecidas se cumplan. Mi esposo es un héroe. Ofrendó su vida persiguiendo a delincuentes que hacen daño a personas inocentes", indica. Su hijo Gustavo dijo a La República que entre las 9 y 11 de la mañana del miércoles se estuvo comunicando con su padre vía WhatsApp. "Estaba tranquilo y feliz. Jamás imaginé que ocurriría esta desgracia", dice con tono afligido. Ellos también recibieron las condolencias del ministro Pérez Guadalupe y del director de la Policía. Cadena perpetua "Nos han solicitado que se haga justicia y es precisamente lo que hemos ofrecido, por ello estamos trabajando en la identificación de los criminales para que la Fiscalía y el Poder Judicial no tengan ningún motivo para dejarlos en libertad”, afirma Pérez Guadalupe. “A quien mata a un policía, le corresponde la cadena perpetua por ser un homicidio agravado, y el compromiso nuestro es que se cumpla la ley. Es lo que pide la familia y la sociedad”, agrega. “Pueden ganarnos un día o dos, pero no van a ganarnos la batalla final, eso que lo entiendan los delincuentes”, subraya el funcionario. ¿Por qué estaban libres presuntos asesinos? Jean Paul Romero de la Vega (28) y Abner Benjamín Olivera Quijandría (24), capturados –durante una persecución por tres distritos de Lima luego de matar a los dos policías– entraron en contradicciones. El primero admitió que "solo disparó al patrullero", pero el otro jura que es inocente. Romero tiene 28 años. En el 2013 fue denunciado en San Miguel por el presunto delito contra la vida, el cuerpo y la salud con lesiones graves a otra persona. El 18 de agosto del 2014 fue implicado como sospechoso por el robo de un vehículo y tenencia de armas. Olivera, 24 años, tiene dos denuncias, una del 2014 y otra del 2015 por lesiones en la comisaría de La Pascana (Comas). Además fue capturado en agosto del año pasado en Huánuco por el asesinato de un cliente en un restaurante. "¿Cómo es que estaban libres. Falló el sistema?, se preguntó Pérez.