Historia y Justicia. El tribunal debe resolver si el asesinato de los campesinos, entre ellos 23 niños y 30 mujeres, fue la locura de un teniente del Ejército o la orden de sus jefes.,El 14 de agosto de 1985, 69 campesinos, entre ellos 23 niños menores de 10 años y 30 mujeres, de la comunidad andina de Accomarca, en Ayacucho, fueron asesinados a balazos y sus cuerpos dinamitados por patrullas militares que luchaban contra Sendero Luminoso. PUEDES VER: Transparencia y JNE demandan al Congreso debatir reforma electoral Hoy, a partir de las 11:30 de la mañana, después de 31 años de ocurrida la masacre y tras seis años de juicio público, el colegiado de la Sala Penal Nacional, integrado por los jueces Ricardo Brousset, María Vidal y Mirtha Bendezú, dirá quiénes fueron los responsables. Semanas después de la incursión militar, el Ejército afirmó que el crimen fue obra exclusiva del subteniente Telmo Hurtado Hurtado, entonces de 23 años, en un arranque de "locura de guerra". Hurtado admitió su culpa ante una comisión investigadora del Congreso, fue condenado a siete años de prisión militar y siguió ascendiendo en el Ejército, hasta el grado de mayor. Hoy es el único que está en prisión por este caso, luego de ser extraditado de Estados Unidos, en julio del 2011. Pero, aunque sigue admitiendo su culpa, dice que no fue el único culpable. "Un subteniente o un oficial en los primeros años de su carrera solo se limita a cumplir órdenes. El escalón superior es el responsable por impartirlas", declaró Hurtado a La República, al llegar extraditado de EEUU. En el juicio, Hurtado reconoció la responsabilidad en 30 asesinatos y dice que los otros jefes de batallón deben responder por el resto. Además, acusó a sus jefes de haber ordenado arrasar las comunidades de la quebrada de Hualgayoc, en Accomarca. Los jefes militares de Ayacucho de esa época niegan haber dado esa orden. La sentencia deberá establecer si Hurtado actuó solo, como dice la versión oficial del Ejército, o por órdenes superiores. Lo que hoy resuelvan los jueces puede ser apelado ante la Corte Suprema. Acusados y familiares de las víctimas esperan que hoy prime la justicia, que los jueces emitan un veredicto que haga historia.