Jorge Rodríguez. Antropólogo egresado de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fundador de la Coordinadora Keiko No Va y encargado de la comisión de organización y movilización de la misma. , Entrevista con Jorge Rodríguez. Cuando participó en su primera gran marcha, la que lo marcó para siempre: la Marcha de los Cuatro Suyos. Hoy coordina con 20 regiones del país y 20 ciudades del exterior la organización de la que se espera sea una gesta similar: la marcha del 31 de mayo. PUEDES VER: Julio Guzmán: “Kuczynski es rival en democracia; Keiko Fujimori es una amenaza” | VIDEO Tienes 28 años, ¿desde cuándo eres antifujimorista? Yo participé junto a mis padres en la Marcha de los Cuatro Suyos siendo niño, un escolar. Fue una de las movilizaciones más grandes del país: el nivel de efusión y energía que había en la gente, ver llegar a jóvenes universitarios, a madres y padres de familia... fue algo que me marcó a mí mucho, tanto como me marcó la represión que hubo. Debes haber tenido 13 años, ¿eras consciente de lo que estaba pasando con el país entonces? Obviamente tenía conciencia porque en mi casa se hablaba de política. Recuerdo los casos que se comentaban: La Cantuta, Barrios Altos, las intervenciones en las universidades, los desaparecidos, los niveles de corrupción, las denuncias contra Fujimori y Montesinos, las torturas a Susana Higuchi. En mi casa hubo conversaciones que influyeron muchísimo en mí, de ahí asumí una conciencia crítica de lo que veía. ¿Qué representó la década fujimorista? Para el país representó la aniquilación de un tipo de sistema político-social y la instauración de un Estado mafioso. La desregulación en materia laboral, cambiaron las relaciones sociales frente al Estado. La dictadura o gobierno de Fujimori representó también la aniquilación de los derechos laborales, privatización de educación, de salud, vulneración de derechos humanos... El tipo de Estado que tenemos ahora es consecuencia de las reformas neoliberales y la Constitución del fujimorismo. Si así fueron las cosas, ¿cómo entendemos a este sector del electorado que podría llevar al poder a Keiko Fujimori el próximo domingo? Yo creo que hay una explicación sociológica importante de lo que pasa: la recuperación de la democracia ha sido muy positiva y ha habido mucho progreso en varias materias, la economía se ha reactivado, se ha podido conquistar algunas banderas de libertades y derechos, pero el sistema político y económico no ha cambiado de forma estructural y este crecimiento de los últimos 15 años -un modelo que instauró Fujimori-, ha dejado una población excluida de los beneficios de ese crecimiento. Ahora el fujimorismo usa como recurso una política cínica en la que pretende poner en confrontación la recuperación de la democracia con la situación de pobreza y desigualdad en la que vive mucha gente, siendo ellos los causantes de esa política. Gente para la que palabras como democracia no han significado ninguna mejora, además. Claro, mucha gente dice “la democracia no mejoró mi vida, yo no como con eso”. Entonces, he visto una serie de políticos que se han opuesto al fujimorismo pero no han hecho cambios. Un ejemplo es el gobierno de Humala, que se presentó como la bandera frente al fujimorismo y ha gobernado en base al plan económico que Fujimori dejó. Lo mismo el gobierno de Toledo, que tuvo la oportunidad de hacer las reformas luego de la transición y cambiar las relaciones sociales del Estado, pero no lo hizo. Y hay un tema adicional que tiene que ver con la propaganda mediática. ¿Cuál? Los medios de comunicación tienen mucha influencia para reescribir la historia. Se asume que en el gobierno de Fujimori estuvimos mejor, que fue un momento de mano dura, que hubo menos delincuencia, que se terminó con el terrorismo, y que ahora han vuelto políticos tradicionales corruptos, por lo que necesitamos volver a un gobierno que en verdad pueda darnos lo que necesitamos. Y ese es el recurso de (Keiko) Fujimori, acompañado de una política clientelista. Pero extrañamente este bastión fujimorista adjudica los activos del padre a Keiko, pero no los pasivos. Ahí dicen: "ella no es responsable, ella no es su padre" Creo que también es parte de la propaganda fortísima que vo fujimorismo”. Incluso hubo varios intelectuales, entre ellos el mismo (Steve) Levitsky, que tuvo la oportunidad de llevarla a un auditorio en Harvard y tener palabras positivas sobre este supuesto nuevo fujimorismo. A mí me parece que nada de eso es gratuito, que hay toda una intencionalidad de decir que Keiko Fujimori representa el fujimorismo reformado, democrático, y eso cala y pega en la población. ¿Me dices que te parece que Levisty se prestó a ese juego? Habría que preguntarle, porque creo que en política no hay casualidades, y yo creo que el fujimorismo no ha cambiado. ¿Por qué no debemos creer que existe un nuevo fujimorismo? Porque el fujimorismo legitima su posición, su discurso político, en base a lo que fue Alberto Fujimori. Keiko ha defendido el gobierno de la dictadura. Su potencialidad está en eso. Su discurso, sus operadores, sus actores, son los mismos, no han cambiado. Su actual candidato a vicepresidente, José Chlimper, era ministro de Alberto Fujimori cuando renunció por fax. El señor Aguinaga, que acaba de tener palabras desafortunadas contra los ancianos, fue también ministro de su padre, como también estuvieron con él la señora Martha Chávez o Luz Salgado. O el señor Yoshiyama, que es uno de los principales financistas. Son los mismos. Entonces, tú me preguntas. ¿El fujimorismo ha cambiado? Yo creo que no. Y hay además gente muy cuestionada, como Joaquín Ramírez, acusado de lavado de dinero. Pero después de la denuncia pública sobre Ramírez, Keiko ha seguido creciendo... Es que yo creo una cosa: si bien el tema del narcotráfico ha sido el tema principal desde el que se ha tratado de golpear al fujimorismo en las dos últimas semanas, no es un tema que la población sienta como uno de los problemas fundamentales. Creo que esos temas fundamentales tienen que ver con los últimos 15 años de crecimiento económico y lo digo porque pienso que el señor PPK se equivoca al no asumir una posición autocrítica ante este crecimiento que ha generado desigualdades, informalidad y precariedad. El fujimorismo, en cambio, sí erige un discurso político a un sector social importante que no ha sido beneficiado con este crecimiento. Es cínico, falso, pero sabe a dónde está dirigiendo sus propuestas. Y está reescribiendo la historia, lavándose la cara... Y PPK no se la pone difícil... Por lo mismo... PPK no hace esfuerzos por diferenciarse del fujimorismo, no hace esfuerzos para presentarse ante la gente del movimiento democrático, que es muy grande y que no piensa votar por Fujimori, como una propuesta distinta. Si bien somos conscientes de que hay similitudes en la propuesta económica y programática, en términos políticos sí hay diferencias, y PPK debería esforzarse más en demostrarlo. ¿Qué tan lejos está PPK de ser el candidato ideal? PPK no es el candidato ideal porque no es un candidato que ha planteado grandes reformas para el país. Por eso que a mucha gente no le genera ilusión esta campaña. Pero sí, frente al fujimorismo, es el candidato que nos permite seguir luchando a quienes planteamos el cambio, en una sociedad medianamente democrática. Si bien nuestra democracia es endeble y tenemos muchísimos problemas, todavía permite ciertas libertades para seguir peleando por los cambios que necesitamos. La alternativa de PPK frenta al fujimorismo es esa, seguir peleando por los cambios que se necesitan en un régimen medianamente democrático. No queremos que el Perú se convierta en un México. Y quiero ser bien gráfico. ¿Qué significa narcoestado? A ver. Es un concepto que parece sumamente académico, abstracto. Todas las amas de casa, los jóvenes, saben que las drogas generan violencia, destruyen a la familia, la drogas están generando muertes en el Callao porque hay peleas por cupos, están generando el sicariato. Entonces, si la droga, el narcotráfico, se legitima en el poder político, la violencia y la delincuencia llegaría a grados que no hemos vivido nunca, y eso es el fujimorismo. Ni las denuncias relacionadas a narcotráfico parecen preocupar a la gente. Keiko Fujimori ha sacado ventaja a PPK. Algunos analistas hablan de la "autodestrucción" de la sociedad peruana. Yo no creo que seamos autodestructivos, creo que hay un problema sociológico de fondo, que es el que te he planteado: las desigualdades en el país se han profundizado, pese al crecimiento y la bonanza, y esas desigualdades están generando confrontación, conflicto, tensiones sociales; son problemas que no son atendidos pese a que todos los días vemos que el Perú crece a tanto por ciento, pero un sector ¿y eso en qué me beneficia?" La marcha del 5 de abril fue masiva, pero aun así Keiko Fujimori pasó a segunda vuelta. ¿Qué podemos conseguir con salir a la calle nuevamente? Esa marcha y esa lucha logró que el antivoto fujimorista subiera. Hizo posible que candidaturas democráticas alternativas a lo que se sigue planteando se fortalezcan, tanto la de Mendoza como la de Barnechea. Yo sí creo que la marcha que se está haciendo, que es el pico de esta lucha, puede cambiar las cosas, y es importante que la población asuma esa conciencia activa crítica de que la lucha no está vencida, Fujimori todavía no ha ganado, podemos derrotarla. Y un mensaje al señor PPK: tiene que hacer giros en su campaña, tiene que plantear puentes al movimiento democrátivo que no votó en primera vuelta por él y que exige demandas distintas. No le vamos a exigir que hable como alguien de izquierda o un progresista... ¿Qué le piden entonces? A PPK le pedimos gestos, que reconozca que este modelo no es perfecto, que necesita cambios. Así la gente verá que existe una diferencia, que la política de la otra persona (Keiko Fujimori) es mantener este modelo con sangre y fuego, con sicariato, con vínculos con el narcotráfico y con impunidad. ¿Es correcto que la izquierda no exprese su respaldo a PPK abierta y claramente? Yo creo que la izquierda en este momento sí debería orientar el voto y no le pedimos que avale a PPK, sino que plantee un voto crítico, con sus demandas, con sus propuestas, planteando su posición. La ambigüedad y la confusión desmoviliza, paraliza, y el único beneficiado de esto es el fujimorismo. ¿Qué pasará con la coordinadora en el peor escenario, en un eventual triunfo de Keiko? Hay la intención de que esta lucha continúe, así el fujimorismo, en un supuesto negado, gane. Pero no deberíamos bajar los brazos, sería lo peor para el país. La pelea por un Perú mejor tiene que continuar.