Patricia Paniagua Gutiérrez le dedicó un mensaje a su padre. "Si tuviera que contarte que mi pueblo está a punto de equivocarse otra vez", escribió., Si tuviera que contarte ... Si tuviera que contarte, tendría que decirte que en estos años de tu ausencia, el país ha cambiado en muchos aspectos y, al mismo tiempo, hay otros en los que no. Pensabas que nacía “un tiempo nuevo” en nuestra historia y para nuestra democracia, hoy creo que la promesa al futuro de ese 22 de noviembre del año 2000, necesita más que nunca ser defendida, reafirmada y enarbolada como única bandera. Si tuviera que contarte, tendría que decirte que algunos han cerrado los ojos frente a la evidencia y aunque hechos del presente nos rememoran el pasado, eso poco parece importarles. Casi la mitad de los votantes de este país parece haber olvidado la historia, a ti y a todos los que, desde distintos frentes, lucharon para devolverle a este país la democracia; se han olvidado del autoritarismo, de la violación de derechos humanos y de la corrupción de la década fujimorista. Se han olvidado del autogolpe, de la interpretación auténtica, de la destitución de los miembros del Tribunal Constitucional, de las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, de las esterilizaciones forzadas; han olvidado los peligrosos nexos de sus cúpulas con actividades ilícitas, la mordaza a la prensa libre, la persecución cobarde a los opositores, de las interceptaciones telefónicas, y de la compra de líneas editoriales, conciencias y voluntades, con el único propósito de perpetuarse en el poder; ya no recuerdan los videos que produjeron la estrepitosa caída del régimen fujimorista y la tristemente recordada salita del SIN, por la que desfilaron políticos, militares, empresarios, figuras del espectáculo, etc.; tampoco recuerdan los más de seis mil millones de dólares del dinero de todos los peruanos, que se perdieron, que perdimos. Y junto con esos millones, perdimos como país, algo aún más valioso, la capacidad de reconocer lo que merecemos, de creer que podemos escribir pasajes más felices para nuestra historia, y eso es aún más grave. El desdén por la cosa pública, el nulo o poco análisis del ciudadano que ejerce el voto, la relativización de la probidad de quienes gobiernan, la naturalización de la corrupción como un ingrediente a la hora de gobernar, y la seducción del clientelismo político son los males que nos han legado y que parecen atraparnos y mandarnos de vuelta al pasado. Si tuviera que contarte, te diría que, por parte de ellos, nada ha cambiado, es la misma visión, las mismas apuestas, las mismas personas y las mismas prácticas, los mismos grises y las mismas sombras, pero eso parece poco importarles a algunos. Algo, visiblemente, sí ha cambiado, y es quien personifica la gesta, el rostro, la apariencia, y eso, a algunos, es lo único que les garantiza que la historia será distinta. Si tuviera que contarte, tendría que decirte que la otra mitad de los votantes de este país tenemos certeza del riesgo que corre el país y que no nos arriesgaremos. Que estamos del otro lado como un frente, a pesar de las diferencias. Tomando postura, sin ambigüedades; que hemos hecho causa común, que estamos dando la pelea y seguiremos dándola, juntos. Tengo fe que, en algunos días, podré contarte que nuevamente el país ha ganado, que, de alguna forma, una vez más la lucha que encarnaste ha vencido; que como país hemos aprendido lecciones y que avanzamos con democracia y justicia. Podré contarte que siguen habiendo razones para seguir creyendo y apostando por este país, que hay quienes estarán siempre dispuestos a hacer suya la promesa y apuesta para el futuro del Perú que tanto exaltabas, “firme y feliz por la unión”.