Controversia. Ministerio Público respondió que los fiscales Wendy Calero y Óscar Chávez que viajaron al Cusco para recoger los testimonios, se limitaron a cumplir con su función. Testigos denunciaron los hechos ante el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez., Para las campesinas del distrito cusqueño de Colquepata que fueron víctimas de las esterilizaciones forzadas durante el régimen de Alberto Fujimori, es muy difícil hablar de un episodio traumático de sus vidas. Les ligaron las trompas bajo amenazas de prisión o de retención de sus hijos y fueron intervenidas quirúgicamente en condiciones infrahumanas. Sin embargo, cuando el Ministerio Público decidió emprender una nueva investigación sobre el caso, decidieron hablar. Varias lo harían más de veinte años después de los hechos. PUEDES VER: La lucha sigue: mujeres esterilizadas piden justicia La titular de la Segunda Fiscalía Penal Supraprovincial de Lima, Marcelita Gutiérrez Vallejos, asignó a los fiscales adjuntos Wendy Calero Espino y Óscar Chávez Ayvar para que recogieran las declaraciones de las mujeres de Colquepata, entre el 15 y 16 de diciembre último. Pocos días después, las campesinas enviaron una comunicación escrita al fiscal de la Nación, Pablo Sánchez Velarde, para quejarse del maltrato de los fiscales Calero y Chávez. Las campesinas alegaron que las autoridades cortaron los testimonios abruptamente, antes de que relataran los pasajes más importantes. También dijeron que en distintas ocasiones los fiscales insinuaron que lo que motivaba a las campesinas a hablar era un interés por obtener alguna indemnización dineraria. La República entrevistó a varias de las denunciantes en Paucartambo, Cusco, y estas confirmaron la versión que comunicaron al fiscal de la Nación. La fiscal Marcelita Gutiérrez negó a este diario que Wendy Calero y Óscar Chávez hubieran maltratado a las campesinas de Colquepata a las que entrevistaron como parte de la investigación sobre las esterilizaciones forzadas. "Si las señoras dicen que se han vulnerado sus derechos, entonces tendrían que haber denunciado (el caso) en el (mismo) lugar donde ocurrió", señaló la fiscal Gutiérrez, quien restó veracidad a lo dicho por las campesinas víctimas de las esterilizaciones compulsivas. "Si a ustedes les parece que es suficiente con lo que dicen las señoras, publiquen lo que dicen. Por nuestra parte, se ha cumplido con una diligencia fiscal. No ha ocurrido lo que ellas señalan. Más no puedo decir porque se trata de una investigación reservada", indicó la fiscal Marcelita Gutiérrez. Fuentes relacionadas con los fiscales Wendy Calero y Óscar Chávez, los fiscales asignados para recoger las declaraciones, también negaron haber ofrecido un trato discriminatorio o amenazante a las mujeres de Colquepata. Los testimonios Celia Callata Paso, de 40 años, relató: A mí me tocó el fiscal Chávez. Le conté de mi caso, que me cogieron a la fuerza para ligarme, que me desesperé y que entre cuatro me agarraron a la fuerza y me pusieron anestesia. (...) El fiscal me dijo que ahora estaba bonita. 'Qué más quieres, hay señoras sucias, todas achacosas. Ahora estás sana', eso me dijo. (...) Yo le respondí: 'Cómo voy a estar sana si tengo dolores. Con las justas estoy criando a mis hijos'. Y el fiscal me dijo: 'Su hija Keiko va a entrar a gobernar con más ganas. ¿Qué cosa van a pedir al pobre viejito? (Alberto Fujimori). Ustedes no van a lograr nada con el juicio que están haciendo. Si estás sana, de qué te quejas', eso me dijo. Yo le respondí: 'Parezco sana pero dentro de mi cuerpo las enfermedades están avanzando. Yo no puedo trabajar como antes'. Gloria Amao Yapo, de 64 años, declaró: Ambos fiscales (Calero y Chávez) no me dejaron completar mis declaraciones. Me hicieron firmar de frente una hoja con mi testimonio a medias. Yo salí con temor pensando en que estos señores estaban en mi contra y que por eso es que me trataban así. (...) Yo quise terminar (mi declaración), pero ellos reaccionaron mal diciéndome que seré denunciada si he firmado y declarado sobre mi caso en otro lado. (..) A pesar de todo, quisiera testimoniar pero frente a nuevos fiscales que traten bien a las personas. No es fácil contar lo que vivimos. Es doloroso. Alejandrina Pacheco Huamán, de 49 años, manifestó: Me entrevistó la fiscal (Calero), pero no me dejó declarar todo. Cortó mis declaraciones y llenó la mitad del documento donde me pidió que firmara. Pedí terminar al traductor (del quechua). Y lo comunicó a los fiscales, pero estos le dijeron que no. Que todo había terminado. Clemencia Yanqui Illa, 50 años, expresó: Me tocó dar mi testimonio a la fiscal (Wendy Calero). En medio de mis declaraciones, cuando todavía no había terminado, ella me dijo: 'Estamos perdiendo el tiempo. Ustedes lo que quieren es plata del gobierno'. Y eso asustó a mis demás compañeras. Por eso, lo que pedimos es que nos vuelvan a tomar las declaraciones, sin estos abusos que he mencionado. No creo que (los fiscales que han venido) nos hayan escuchado. No hay interés. Parecía que esos fiscales estaban en contra nuestra.❧ Sigue mañana. “Yo aquí soy la autoridad. Voy a denunciarla” La presidenta de la Asociación de Mujeres Esterilizadas del Cusco (AMAEF), Rute Zúñiga Cáceres, afirmó que los hechos ocurrieron el 15 de diciembre. "Fue en la Fiscalía de Paucartambo. Tocaba tomar declaraciones a un grupo de mujeres. Yo llegué porque me llamó Anastasia García Quenaya porque había recibido maltratos por parte de los fiscales", dijo Zúñiga. "Ellas estaban en la puerta de la Fiscalía y me dijeron: 'Señora, nos están agrediendo. Nos dicen que por qué no hemos denunciado antes, por qué recién ahora. Nos acusan de querer sacar plata al gobierno. Y no nos dejan declarar todo lo que nos pasó'", indicó. "Yo pregunté a la fiscal Calero por lo sucedido y me contestó con actitud prepotente: '¿Quién eres tú? ¿De qué hablas? Nadie tiene derecho a decir eso de nuestro trabajo. Yo aquí soy la autoridad. Voy a denunciar a esa señora que se ha quejado'. Eso dijo", declaró.