Ex alcaldesa de Lima. Candidata a la vicepresidencia por el Partido Nacionalista Peruano., Defiende su decisión de acompañar en la plancha presidencial a Daniel Urresti, a pesar de que está procesado por el crimen del periodista Hugo Bustíos. Remarca en todo momento que "hasta hoy" confía en su inocencia. Ante las duras críticas del sector de derechos humanos, lamenta que la hayan "quemado en la hoguera". PUEDES VER: Susana Villarán también postulará al Congreso por el nacionalismo ¿Por qué una persona que defiende los derechos humanos, como usted, va en la plancha presidencial de un procesado por el crimen de un periodista, como es Daniel Urresti? Daniel Urresti representa la candidatura del Partido Nacionalista Peruano. No estamos ante un caudillo, como en otros casos. Yo soy una defensora de derechos humanos militante, y dudé como duda muchísima gente. Y por eso me puse a investigar en relación al crimen del periodista Hugo Bustíos, que es un caso tan grave. ¿Cómo? ¿Fue a Huanta? No, pero hablé con personas que conocen el proceso. También conversé exhaustivamente con él, haciendo las preguntas que se tenían que hacer. Yo, hasta ahora, le creo a Daniel Urresti porque, hasta hoy, no hay elementos de prueba de que sea autor material o mediato del asesinato. Si ello fuera así, no estaría con él. Ha dejado sorprendidos a muchos con su decisión, y hay muchas críticas incluso de personas cercanas a usted… Hay gente que ya me quemó, como a Juana de Arco en la hoguera. Pero he estado de un lado a otro con Daniel Urresti y he visto una gran aceptación. Gente amiga y vinculada a los derechos humanos también me ha dicho “Susana, yo te conozco, y sé que si has tomado esa decisión ha sido de forma responsable y no basada en ninguna ambición de poder”. Voy en una plataforma electoral a la que he sido invitada, entre otras, que me permite hacer lo que dije. Tomé la decisión de participar en el proceso electoral para evitar que el fujimontesinismo llegue al poder. Hace días puso en su Facebook los nombres de los líderes políticos con los que estaba conversando, pero no estaba Urresti… Me iba a reunir con él y con Verónika (Mendoza). No los mencioné porque todavía no se habían dado las citas. Con Verónika fue al día siguiente, y luego con Daniel. No estaban en mi agenda, pero ya estaban pedidas. Conversé con ellos para saber si estaban en este lado o en el otro. ¿Por qué inclinó la balanza hacia Urresti? Después de haber visto con tristeza profunda la enorme división de nuestra izquierda, a la que le he dedicado muchos años de mi vida, tenía que decidirme, y la elección que me pareció más natural fue ir con el Partido Nacionalista, donde muchos compañeros de su bases habían estado muy comprometidos no solo en la gestión de Lima Metropolitana sino contra la revocatoria. ¿Le preguntó sobre las denuncias de desaparición en Huanta en 1988? La República publicó testimonios de familiares de víctimas que reconocen al capitán “Arturo”, que fue el seudónimo de Urresti... He hablado con él sobre esa etapa, que corresponde al gobierno de Alan García. Daniel era oficial de Inteligencia, a cargo de operaciones de análisis y determinación de dónde estaban los miembros de Sendero Luminoso, no solo de Huanta, sino de toda la zona. Lo que te puedo decir es que él no es un violador a derechos humanos. Si hay denuncias es importante que se sepan. Lo que me duele es que personas que me conocen piensen que me vendí, pero yo no me vendo. Esa persona está en 2%. Si quiere impedir el retorno del fujimontesinismo, ¿no hubiera sido mejor sumarse a quien tuviera más posibilidades? Yo he estado así y he ganado elecciones. Estamos recién empezando la campaña electoral. Los que van primero en las encuestas no siempre son los que ganan las elecciones. Las decisiones se toman en los momentos finales. Hasta ahora no he visto, más allá de poner una mujer o dos, como si fuéramos cerecitas de la torta, una agenda que incluya los derechos de las mujeres, o temas que tienen que ver con la identidad y orientación de género, que son fundamentales. ¿No cree que Urresti puede usarla para su proceso judicial? Hay más de 6 mil militares investigados, algunos en proceso judicial, otros recién en el Ministerio Público, y lo que creo es que en todos los casos de violación de derechos humanos se debe presumir la inocencia de las personas hasta que se demuestre su culpabilidad, y si es así, que se dé la sanción que corresponde. Dejemos que la justicia haga lo suyo. Eso ha pedido Sharmelí Bustíos, la hija del asesinado periodista, quien ha señalado que usted no es jueza para decir si es inocente... Quiero decirles a ella y a la viuda de Hugo Bustíos que siempre he luchado por sus derechos, para que los autores materiales e intelectuales de ese brutal asesinato sean severamente sancionados. Solo el Poder Judicial podrá decir si Daniel es inocente o culpable. ¿Le preguntó si es verdad, como dijo Luz Salgado, que Urresti trabajó en Palacio con Alberto Fujimori? Yo no tenía ni idea, pero le preguntaron al aire en una entrevista, y respondió que no había tenido ninguna colaboración con el fujimorismo, que había trabajo en Inteligencia como miembro del Ejército en el período de Alan García, y si tuvo alguna labor, puede haberlo hecho como miles de oficiales del Ejército y de la Policía Nacional. Yo tengo un compromiso con los derechos de todos los que intervinieron en ese proceso horroroso, en el que Sendero Luminoso inició la guerra, y en que en momentos y en circunstancias, el Estado peruano reaccionó de manera terrible, desapareciendo, ejecutando, violando mujeres. Eso lo dice la Comisión de la Verdad y así ocurrió... Hoy, presumo con convicción, que él no ha sido ni autor material ni mediato de ese asesinato. ¿Ni de las desapariciones? No lo sé. Esas denuncias tienen que llegar porque los delitos de lesa humanidad, como la desaparición forzada, no prescriben; por lo tanto, es obligación del Ministerio Público introducir esos delitos en la rueda de investigación penal. Urresti dijo que en el futuro tal vez le harán un monumento a Fujimori por las cosas buenas que hizo, ¿cree lo mismo? No estoy de acuerdo. Todos tenemos cosas buenas y malas. Si me preguntas si fue bueno crear la Defensoría del Pueblo en el marco de la Constitución de 1993, digo que sí; o el Ministerio de la Mujer en 1996. Hay cosas positivas en un gobierno completamente negativo. ¿Eso es para ponerle un monumento? No. ,