Está confirmado el inminente indulto de PPK a Fujimori.,En medio de declaraciones increíblemente contradictoras, esta columna sabe –tras cruzar información con al menos dos fuentes muy relevantes– que el presidente Pedro Pablo Kuczynski ya decidió indultar a Alberto Fujimori y que lo anunciaría pronto, antes del 28 de julio. Ello explica la salvación de la censura de Carlos Basombrío cuando ya tenía la soga en el pescuezo, y dos tuits: uno con el agradecimiento de Kenji, y otro con la orden prepotente de Keiko al presidente, para que quede claro que fue ella –y no su hermano– quien le torció el brazo a PPK. El inminente anuncio romperá una promesa de campaña –por la cual PPK recibió una parte del voto que lo puso en Palacio de Gobierno– y será un parteaguas en su presidencia. Hasta quizá se lo recuerde solo por eso en la historia en vez de ser –como quiere– el que modernizó al Perú. Como canta Mick Jagger, you can’t always get what you want (no siempre puedes lograr lo que quieres). Hace varias semanas, Keiko Fujimori pudo haber sacado a su padre de la Diroes con la ley del arresto domiciliario para condenados –algo con lo que esta columna habría estado de acuerdo–, pero se negó a hacerlo. Es un indulto con obvios problemas de legalidad por la naturaleza de la condena y, por supuesto, de ética. “PPK sería 2° presidente en excarcelar violador de DDHH si indulta al Chino. El 1° fue Fujimori cuando liberó a homicidas de grupo Colina”, tuiteó esta semana Ángel Paez. Y, vamos, si Vladimiro Montesinos –condenado por lo mismo que Fujimori– tuviera 72 congresistas, también sería indultado por PPK, ¿no? Pero más allá de la legalidad y la ética –que no son poca cosa, como creen varios pragmáticos del crecimiento del PBI–, PPK corre un riesgo político grande con el indulto: perder el apoyo de la mitad de la gente que, a pesar de lo que hace y no hace en su presidencia, lo apoya; y no ganar el amor de la otra mitad que hoy lo ataca. Pero quizá él ya pactó algo que el resto no conoce, y sabe que con el indulto no se lanza al vacío sino con la red de protección de Fuerza Popular. Si ese es el caso, será crucial el mensaje de PPK al anunciar a la nación –y a la historia– su decisión personalísima de indultar a Fujimori. Que hable con transparencia y sin engaño, que diga la verdad: que quiebra su promesa porque no pudo superar la extorsión del fujimorismo que iba a liquidar a su gobierno, y porque no quiso arriesgar la posibilidad del progreso en este lustro a la que Fuerza Popular se opuso hasta no lograr lo que quería con un chantaje.