Fujimorismo parlamentario en busca de una dirección.,No deja de ser patético que, siendo Fuerza Popular una bancada tan grande –en número, obviamente, solo en eso–, no tenga entre sus 72 miembros un líder que le dé dirección a esa potencia y tenga que reunir a integrantes de otros partidos para cumplir dicha tarea. Es lo que se ve en estos días de enfrentamiento caliente entre el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y el Congreso de Keiko Fujimori, en los que se observa un conflicto que parece pelea de bastonazos entre dos invidentes que golpean sin saber muy bien dónde ni por qué. Una oposición que ataca a diestra y siniestra, golpeando por golpear pero sin mayor sentido estratégico, y un gobierno que se defiende sin el menor sentido de reacción para pensar dos jugadas después de la próxima. Pero algo parece estar cambiando en la bancada naranja en las últimas semanas o, al menos, algo se está haciendo más evidente cuando se observa que parlamentarios de otras bancadas van asumiendo jefaturas o vocerías prominentes de lo que decide o hará el fujimorismo. Destacan en esos papeles Mauricio Mulder, así como, de vez en cuando, Víctor Andrés García Belaunde o, más recientemente, Marco Arana, quienes tienen últimamente más de una coincidencia estratégica con este fujimorismo demoledor de la política. Pero Mulder es, sin duda, el que aparece cada vez con más notoriedad para darle peso a los mensajes que no pueden transmitir con propiedad y efectividad algunos de los fujimoristas más lucidos –ojo, no confundir con lúcidos, algo que suena parecido pero es muy pero muy diferente– como Luis Galarreta, Héctor Becerril o Lourdes Alcorta, para solo citar a algunos de la ‘Mototaxi’. De ese modo, por ejemplo, con una bancada aprista de solo cinco integrantes, Mulder se siente con la autoridad suficiente para proclamar que “yo puedo asegurar que a Basombrío no se lo va a censurar”. Así, el Apra vuelve a trabajar junto con el fujimorismo como lo hecho desde hace casi dos décadas, esta vez con el interés obvio de blindar al ex presidente Alan García. La coincidencia actual de García Belaunde con el fujimorismo es, por su trayectoria, inexplicable; mientras Arana puede apoyar lo que sea que lo ayude en su batalla contra Verónika Mendoza en el congreso. Pero lo más interesante es cómo, en parte por la mediocridad de la bancada de Fuerza Popular, el Apra puede –ahora con Mulder– transformarse de furgón de cola del fujimorismo parlamentario en su locomotora.