PPK en el momento de las definiciones y las decisiones.,Pedro Pablo Kuczynski debiera ser consciente, con todo lo que ha pasado y no ha pasado en lo que va de su presidencia, que ya llegó el momento de las definiciones y de las decisiones para que su gobierno no siga como el bote de un náufrago en alta mar que apuesta a que solo la buena suerte lo acabe llevando, sin saber cómo, a un destino feliz. PPK debiera dejar de ilusionarse con ese desenlace porque, sencillamente, no va a ocurrir, pues hay muchos en la oposición que están construyendo el escenario para que su bote se estrelle, por la combinación de motivaciones subalternas. Desde sangre en el ojo, sed de venganza, blindaje de corruptos, expresión de fuerza, defensa de lobbies ilegales o delictivos, idiotez, o buscar un posicionamiento preferente para futuras elecciones, el fujimorismo, el Apra, Acción Popular y la izquierda navegan por esos espacios peligrosos. Sin una agenda de reforma precisa, y con un afán evidentemente obstruccionista, ese combo liderado por el fujimorismo con espíritu matón, ha encontrado en la interpelación y la censura su instrumento preferido. De esa manera están usando un mecanismo que es parte de la Constitución para organizar las relaciones entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, pero que se pervierte cuando se utiliza como chaira para el asalto. Eso es lo obvio en la inminente censura a Carlos Basombrío, un ministro del Interior que viene trabajando con resultados positivos en un sector en donde hay que cambiar tantas cosas para voltear el panorama frente a un antiguo cuadro de inseguridad. Algo parecido, dicho sea de paso, a lo que venía ocurriendo con Jaime Saavedra en Educación. Pero eso no le interesa a Fuerza Popular con su furgón de cola aprista, un combo que actúa sin argumentos y con el espíritu de que ‘ya toca bajarse a un ministro, así que apuntemos al que esté pasando ahora por ahí’. Se equivocaron quienes, empezando por PPK, creyeron que lo mejor frente a la matonería aprofujimorista era buen humor y poner la otra mejilla, porque eso solo traerá más ministros censurados y un gobierno al garete, asediado y sin posibilidad de una reforma en serio en nada. Ha llegado el momento de que PPK tome definiciones y aplique decisiones consecuentes con lo que decida. O se le echa al fujimorismo, o plantea, con dignidad, que la posibilidad de una disolución del Congreso por la vía constitucional es una respuesta frente a la matonería y la prepotencia. Que haga lo que quiera, pero ya es hora de que PPK decida.