e l Plan de Impulso Económico del MEF está en la dirección correcta. Cuando el crecimiento económico está estancado, debido al retroceso de la inversión privada, la inversión pública y el consumo público hay que aplicar una política que vaya contra la corriente (anticíciclica), tanto fiscal como monetaria. El MEF ha dicho que la inversión pública (1) tendrá un aumento de S/ 5,500 millones, a los que se añaden S/ 1,100 millones para crédito a las MYPES. Estos S/ 6,600 millones (0.8% del PBI) van a contribuir al crecimiento económico, llevándolo a 4% para el 2017 (dice el MEF). Hay un “pero”, sin embargo. Este 0.8% adicional de inversión pública eleva el déficit fiscal de 2.5 a 3.3% del PBI. Pero el MEF dice que no va a modificar su meta de 2.5%. ¿Por qué? Porque confía que la recaudación tributaria aumente, lo que financiará su flamante Plan. Dicho de otro modo, la primacía la tiene la meta del 2.5%, que se cumplirá sí o sí. Si los ingresos fiscales no alcanzan, piña pues: el MEF recortará la inversión pública (como el año pasado) para cumplir la “santa meta”. Esto no es serio: podría revertirse el impulso que hoy se anuncia. Y no hay razones para hacerlo pues el “chanchito” de ahorros fiscales (el Fondo de Estabilización Fiscal) de la época de las “vacas gordas” tiene US$ 8,000 millones (el 4% del PBI) y el Perú tiene la deuda pública más baja de América Latina, después de Chile. Por tanto, no hay problema en tener un déficit fiscal mayor mientras se reactiva la economía, previendo siempre el retorno al equilibrio fiscal. Corolario: el gobierno abre paso a las especulaciones sobre el aumento de la recaudación. Comencemos con la repatriación de capitales del DL 1264. En Chile, país cuyo PBI es 50% más grande, se reportaron US$ 19,000 millones en el 2015, pagaron una tasa del 8% e ingresaron US$ 1,502 millones (2). ¿Cuánto será acá? Bastante menos, sobre todo porque el clima de corrupción generalizada hará desconfiar de la correcta aplicación de la norma. Si se recaudan US$ 500 millones, eso equivale al 0.25% del PBI. La reversión de la rebaja de impuesto a la renta a las empresas del ministro Segura para llevarla del 28 al 29.5% podría aumentar los ingresos fiscales de S/ 19,700 a S/ 20,700 millones del 2016 al 2017. Esos S/ 1,000 millones son el 0.15% del PBI. Los problemas comienzan con la devolución del IGV. El MEF calculó devolver S/ 13,360 millones este año, pero la SUNAT dice que serán S/ 16,862 millones (ojo), casi igual al 2016. Buena parte de estas devoluciones son a las empresas mineras por recuperación anticipada del IGV. Dice también el gobierno que se promoverán US$ 18,000 millones de proyectos mineros. Las mayores exportaciones por la entrada en producción de nuevos proyectos ya se dieron en el 2016. Y los grandes que pueden venir, como la Ampliación de Toquepala y Shougang iniciarán producción en el 2018, mientras que en Quellaveco y Pampas del Pongo la decisión para saber “si van” se tomará en el 2018. Sí podría ayudar la reciente y moderada alza de precios del cobre, si se mantiene. El segundo eje brilla por su ausencia. Se trata de la política monetaria, que debiera bajar la tasa de interés de referencia (no basta con reducir los encajes) para que que la banca reduzca las tasas a los inversionistas y consumidores. Eso ayudaría a las MYPES pues los 1,100 millones tendrían intereses mas bajos. Hay mucho que discutir sobre la política monetaria a seguir (alta deuda privada en dólares, externa e interna, que supera el 30% del PBI; meta de inflación del 3%, que por ser muy baja se incumple desde hace años). Pero lo central es que el BCR no debería estar en la tribuna mirando el partido sino jugando en la cancha. No se puede tener un pie en el acelerador y el otro en el freno. Resumiendo: el Plan de Impulso significa un cambio positivo del MEF, que se da cuenta que el “destrabe” (y sus problemas) no pueden reemplazar a las políticas económicas, menos aún cuando la corrupción se añade al estancamiento global. El impulso de S/ 6,600 millones es, sin embargo, insuficiente, pues hay ahorros fiscales para financiar un impulso mayor. Lo negativo es que podría ser revertido si no hay los ingresos adicionales pues la “santa meta” del 2.5% se cumple “sí o sí”. Esto no es serio. Y no está en la cancha el BCR. Y no hemos hablado acá del hecho que no solo importa crecer, sino cómo se crece. ¿Nos estamos alejando de la dependencia en materias primas para acercarnos a una economía con mayor diversificación o valor agregado? ¿O estamos reactivando lo mismo que ya conocemos? Es una gran diferencia. (1) “Nuestro análisis econométrico muestra que los multiplicadores de la inversión pública tienen un impacto mayor en el crecimiento, tanto en el corto como en el mediano plazo, que el aumento del gasto corriente o que los estímulos basados en la reducción de impuestos”. Ver “FMI: Fiscal Multipliers and Institutions in Peru: Getting the Largest Bang for the Sol”. Svetlana Vtyurina y Zulima Leal, Julio 2016, www.imf.org(2) https://goo.gl/PLmQuh