Cambios en los partidos por el proceso electoral 2016., Toda elección es un hecho histórico por la implicancia del recambio en Palacio de Gobierno, pero la del 2016 puede significar una renovación mayor en la política peruana. Esto dependerá, obviamente, de los resultados. En la política, como en el fútbol o la televisión, los resultados –justos o injustos– determinan el fortalecimiento, debilitamiento o continuidad de los liderazgos internos, incluyendo la posibilidad, como en los equipos en que el director técnico pierde muchos partidos seguidos, de quedarse sin empleo. Algunos cambios se adelantan a los resultados precisamente para buscar buenos resultados. Es lo que acaba de hacer Keiko Fujimori al anunciar que 18 de los actuales congresistas naranjas no irán a la reelección, algunos por voluntad propia y otros por decisión de ella, incluyendo a Martha Chávez, Luisa María Cuculiza y Alejandro Aguinaga. Es una decisión importante de Keiko Fujimori en el proceso de afirmación de su liderazgo en contraposición al de su padre –quien la semana pasada le pidió que mantuviera a tres de los defenestrados–, así como en su intención de renovar el fujimorismo fundado por él en 1990. Sin embargo, si los resultados electorales no acompañaran a Keiko Fujimori, es obvio que el sector duro del partido, el cual está siendo dejado de lado, le pasará la factura. Pasarle la factura es lo que también puede ocurrir en el PPC y el Apra si la Alianza Popular fracasa como plataforma electoral. Por ejemplo, si Alan García no pasa a la segunda vuelta y si la votación parlamentaria no les deja ni para el té. En ese caso, parece previsible que Lourdes Flores sería relevada en el liderazgo del PPC como consecuencia de una zaga de fracasos electorales reiterados, además de Raúl Castro, abriendo el camino para quienes criticaron el acuerdo con Alan García, principalmente Marisol Pérez Tello y Alberto Beingolea. En el Apra, por su parte, un resultado como ese llevaría a pensar a los compañeros que diez años fuera del poder –y para que no sean quince– es una oportunidad para pensar en alternativas a Alan García. ¿El momento de Enrique Cornejo? Donde también hay una renovación en marcha es en la izquierda, la cual se ha descuajeringado, una expresión de lo cual es la presencia de Susana Villarán en el nacionalismo ‘salvaje’ de Daniel Urresti, de Vladimir Huároc en el fujimorismo, y de Anel Townsend en Alianza para el Progreso de César Acuña. Nelson Manrique acaba de decir que “la izquierda a la que pertenezco cerró su ciclo”. Lo que aún no es claro es si la candidatura de Verónika Mendoza significa una renovación real en el lado zurdo del tablero.