En el 2016 se estrenaron interesantes puestas en escena de autores peruanos. Sin embargo, aún falta público. , En Lima se han estrenado obras que pueden tener a más de 70 mil espectadores en una temporada de 3 o 4 meses, como pasó este año con el famoso musical ‘Mamma Mia’. Pero hay obras que –con austero presupuesto para la publicidad y sin caras conocidas– cumplen temporadas cortas, a veces, por falta de público. Puedes leer: Lo mejor del teatro A ese lado también se han enfrentado este 2016 los dramaturgos peruanos. Si el 2014 fue considerado por muchos ‘el año de la dramaturgia peruana’ y vimos en escena las obras ganadoras de los concursos, este año hubo menos textos peruanos en escena. Sin embargo, lo que se vio no deja de ser alentador. Por Sala de Parto, concurso de La Plaza, vimos ‘Entre dos puertas’ de Anahís Beltrán en la Asociación Cultural Campo Abierto. La historia que gira en torno a la muerte y el limbo, reunió a un buen elenco, en el que destacó el talento de la primera actriz Delfina Paredes. El Festival de teatro peruano Norteamericano estrenó ‘Tito’ de Sebastián Eddowes. En esta obra, Anahí de Cárdenas interpretó a una líder izquierdista que intentó una tregua “por el bien del país” con el siniestro mano derecha del Presidente. En el 2017 (en que podría haber más teatro nacional) se pondrá en escena la obra ganadora del concurso del Teatro británico ‘Ponemos tu obra en escena’. La última ganadora de ese concurso fue Vanessa Vizcarra con ‘Una historia original’. ¿Hay un ‘boom’ de la dramaturgia peruana? Para el director y dramaturgo Mateo Chiarella, quien en el Teatro Aranwa tiene un programa de formación, ha sido alentador ver a “gente nueva” ganar el Concurso Nacional de Dramaturgia. “En nuestro país, hay que trabajar mucho desde las bases, desde las canteras. Tratar de cubrir, primero, muchas de las deficiencias de la educación básica para luego cimentar el conocimiento teatral en cada campo”. Para él, dos talentos en la dramaturgia son Josué Castañeda (de la creación colectiva ‘Soltar’) y la arequipeña Sofía Ochoa, ganadora de Sala de Parto 2016 con ‘Desertor’, sobre un joven militar que abandonó el enfrentamiento con Sendero Luminoso. Pero también hubo teatro peruano fuera de los concursos. Destacamos ejemplos como ‘Tomas’, escrita por Carolina Black. La autora, de profesión psicóloga, trabajó en la obra que tuvo el apoyo de organización Soy Autista y Qué! Se centra en un adolescente con el síndrome de Asperger y en la compleja relación con su familia. Además, se estrenó ‘El día en que cargué a mi madre’ (estará en la edición del FAEL), que dirigió la joven directora Paloma Carpio. “Ser gestores” La dramaturgia aún no es “algo que les cambie la vida” a los que deciden incursionar. Lo dice el comunicador Daniel Amaru Silva, quien a sus 29 años ha ganado los premios más importantes del rubro: Premio Nacional, Concurso del Británico y Sala de Parto. “Este año no he escrito nada”, nos dice, aunque, este año se reestrenaron sus obras ‘Cruzar la calle’ y ‘Salir’. Amaru Silva comenta que, a pesar de los premios, no es una ocupación “sostenible”. Este año ha trabajado en cine. “Las salas(de teatro) sí, no se llenan. Si la suma total que gano la dividimos, capaz no llego ni al sueldo mínimo al mes”. Para el dramaturgo, él y sus colegas son los que están fallando. “Es muy fácil decir que es un país con poca cultura. Sin llegar al facilismo de decir “hay que darle a la gente lo que quiere”, creo que no hemos hecho lo suficiente para acercanos a la gente. No sé si hay orgullo o ego, pero no nos molesta que no vaya nadie con tal de que la obra esté bien. Deberíamos ser un poco empresarios. Siempre somos los mismos, nos felicitamos entre nosotros, pero al día siguiente la sala está vacía”. - Entonces, con tu grupo (Soma), van a trabajar en producir, quizá salir de Lima. - No lo sé, estoy un poco perdido, no tengo ganas de escribir (sonríe).Creo que este año, queremos hacer Vallejo, por ejemplo, las obras que vemos por obligación en el colegio, traerlas más hacia la gente. Ahora estoy en eso de que ‘ya hice lo que tenía que hacer’, y que quizá se acabó mi carrera. Ojalá que no (sonríe).