Un improbable grupo de manifestantes ha tomado por asalto algunos puentes de la ciudad de Lima. “Con mis hijos no te metas” rezan los afiches que han empezado a colgar encima de varias avenidas de la capital. La idea de la manifestación es evitar que los niños del Perú reciban la peligrosa impronta de la “ideología de género”, que el currículo escolar mantenga los valores conservadores bajo los que opera y que se imparta una educación en valores cristianos. Así, se han nombrado defensores plenipotenciarios de los niños del Perú.Lo que es curioso es lo endeble que es su argumentación. Sus arengas suponen, justamente, la negación de lo que su posición supone. Nadie es mejor que los propios padres para determinar qué formación y qué valores son los que se les imparten a los niños. Si es que ellos quieren formar a sus hijos siguiendo los valores cristianos y conservadores, fantástico. Que lo hagan así en sus casas y que los matriculen en algún colegio privado que opere bajo las mismas premisas. ¿Pero por qué quieren imponerlo a través del Estado a todos?Los colegios públicos de un Estado laico –como teóricamente es el peruano– deben respetar la distancia frente a cualquier credo que la laicidad supone. La “ideología de género” no existe. Es solo un rótulo propagandístico creado por los conservadores para nombrar peyorativamente a un sistema de ideas en el que la libertad y la igualdad se imponen sobre viejos prejuicios. Nadie pide nada que no sea un Estado que asuma a todos sus ciudadanos como iguales. Ojalá protesten también estos señores cada vez que un cura viola a un niño.❧