@MrJasonDay Que no sorprenda la indignación global que las declaraciones del cardenal de Lima generaron: estamos en el 2016, el medioevo quedó largamente atrás. También el pensamiento Opus Dei. Pero ahí están, los hombres de negro azabache, con el sable en alto, tratando de preservar algún islote desde donde ejercer su control franquista en un mundo que hace mucho se escapó de entre sus garras. Cipriani, antes que representante de la palabra de Cristo, representa al Opus Dei: poderoso aparato de interferencia política y empresarial que inventó Escriba Albás (o Escrivá de Balaguer i Albás, como habría preferido que se le llamara). Y es importante saber también que sus últimas declaraciones (que por cierto condeno por irresponsables y peligrosas en un país como el nuestro que, dadas las escalofriantes estadísticas, bien podríamos calificar de “país de violadores”) forman parte de un inefable repertorio discursivo que promueve el más execrable machismo. Del libro de los investigadores Pásara e Indacochea, Cipriani como actor político, extraigo la siguiente cita del cardenal dedicada a las mujeres: “No sean tontas, no se dejen engañar, sean muy mujeres, simpáticas, agradables, que cocinan bien, que se visten bien (…) Eres tú la esposa que perdona al marido sus indelicadezas...”. Lo suyo, pues, no fue una declaración aislada sino la punta de un iceberg que descansa en lo más oscuro del machismo más arcaico: una mirada que pretende imponerle al Perú, y en particular a las mujeres del Perú, y que, con todo derecho, debemos rebatir y vencer.❧