Juan Luis Crucelegui. Jefe de Políticas de Competencia y Protección al Consumidor de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).,En la siguiente entrevista, Juan Luis Crucelegui, alto funcionario de las Naciones Unidas, destaca la importancia de favorecer la libre competencia en los países, mediante instrumentos legales como un control de concentraciones y monopolios. Niega que sea un proceso caro, intervencionista o que desaliente la inversión extranjera en el país. PUEDES VER: CADE 2016 y la confianza en la mejora de las inversiones ¿Qué piensa la UNCTAD sobre el control de fusiones y adquisiciones? Desde la UNCTAD promovemos la adopción de leyes de competencia a nivel mundial. Hay tres pilares básicos que tiene que tener toda política de competencia, que son: la lucha contra las conductas anticompetitivas, los abusos por posición dominante y las concentraciones. En el Perú falta el tercer pilar tan importante y que es un sistema usado para evitar que empresas con poder de mercado eliminen la competencia, a través de la compra de las compañías competidoras que están en el mercado, ese tipo de operaciones tienen efectos negativos, irreparables muchas veces, y por eso es necesario tener un instrumento para poder regular. El objetivo no es frenar las compras de las empresas, y el Perú carece de ese instrumento. ¿Y cuáles son las consecuencias que pagamos por andar sin ese tercer pilar? El principal problema es que este tipo de operaciones limita la competencia, sobre todo en sectores donde hay pocas empresas. Si una empresa se come a las pequeñas hay efectos como el incremento de precios, reducción de oferta, de innovación, porque ya no hay competencia. Cuando existe un poder, un control, las propias empresas se tendrán que adecuar para que la autoridad las apruebe. En todos los países que tienen este tipo de leyes, el 99% de las operaciones se aprueban; es decir, que no tiene un efecto restrictivo. Justamente, quienes se oponen a la regulación dicen que es un proceso muy costoso para tan bajo nivel de operaciones rechazadas... Conozco ese argumento y no tiene sentido, porque en un control de concentraciones son las empresas las que van a prepagar la operación para que no sea contraria a la competencia y después se van a encargar de probar y justificar los efectos, las eficiencias en el mercado, se mejora la innovación, la distribución... En la fusión de las dos principales cerveceras se denunciaron despidos de trabajadores. ¿Es un efecto complementario? La autoridad de competencia no valorará los efectos sociales de la operación, sino que se fijará sobre todo en los efectos en el mercado, la autoridad de competencia no tiene una visión social. Otro argumento de los que se oponen es que este tipo de leyes espantan a los inversionistas. No. Es todo lo contrario. Cualquier inversor que venga al Perú quiere saber cuál es la protección que le da la normativa peruana y en el caso de que no haya un control de concentraciones sabe que el mercado tiene una estructura determinada, pero puede variar mediante una operación de fusión que nadie controla, es un elemento negativo para cualquier inversión extranjera. Cualquier inversor extranjero sabe que tiene que pasar por un control de fusiones, no tiene miedo, porque probablemente haya pasado por este proceso en otros países, estamos hablando de grandes corporaciones. Mirando la experiencia internacional, ¿la ley que regule las concentraciones empresariales debe venir del Ejecutivo o del Congreso? La ley antimonopolio se debería dar con el consenso de todo el Congreso. Así fue en España, por unanimidad en el Congreso. Hace poco, el Indecopi sancionó a empresas farmacéuticas por concertación de precios, pero lo que han hecho es empezar a fusionarse entre ellas, de modo que ya no necesitan concertar para fijar el precio que quieran. Es una forma de legalizar una conducta anticompetitiva, porque es legal, pues es una empresa que establece los precios para toda su cadena. Ahora mismo hay un proyecto de ley en el Congreso que indica que se debe regular a las empresas que cuenten con 51% o más de un mercado. ¿Es el criterio correcto? Es muy importante establecer los umbrales, es decir, a partir de qué facturación o cuota de mercado se van a controlar, eso supone establecer un filtro de control para las operaciones que realmente tienen un impacto en el mercado y eso tiene implicaciones a nivel de la autoridad, que requiere mejorar sus recursos humanos. La UNCTAD no tiene un criterio fijo, porque esto depende del interés de cada Estado, inicialmente sería lo ideal solo regular las grandes concentraciones, y luego la autoridad podría variar los umbrales según los diferentes mercados. Tenemos una ley modelo que recoge la experiencia de varios países, muestra el tipo de prácticas que se deben prohibir y cuáles son los regímenes que consideramos ejemplares para los países que piensan implementar. Otro punto de esta propuesta que causó mucho rechazo es que les daba 60 días a las empresas monopólicas para adecuarse a la nueva condición de mercado. Yo no estoy de acuerdo con eso, porque causaría inestabilidad jurídica. Si las empresas ya se fusionaron libremente por falta de regulación, lo que queda es que el regulador se encuentre muy atento para evitar abusos de la posición de dominio. Desde su experiencia, ¿qué modelo nos puede sugerir? Yo conozco muy bien el modelo español, que desde que se creó en el 2007 no ha prohibido prácticamente ninguna operación, es un modelo con muchas operaciones y un margen de negociación muy amplio. ¿La regulación siempre debe venir del Estado? Algunos alegan intervencionismo... Imaginemos una gran multinacional que empieza a comprar empresas de un sector y se queda con todo el mercado, el Estado no puede mirar cómo se quedan con todo el mercado, tendrá que esperar que abusen para empezar a actuar. ¿Lo ideal sería que la regulación sea ex ante? En algunos países como Venezuela y Argentina, la regulación es posterior. También Brasil antes la tenía después, y daba efectos indeseables, cuando una operación se lleva adelante, imagínate, que dos empresas se fusionen, funden activos, nuevas inversiones y luego venga el regulador y diga que no le parece la operación porque afecta la competencia y que todo vuelva a su lugar, el efecto de esa petición es terrorífico. Lo cierto es que el tema está en carpeta porque el Perú apunta a ingresar a la OCDE, y la mayoría de países miembro de esta organización cuentan con una ley antimonopolio. Es cierto que la OCDE es muy exigente con los países que quieren unirse, en diferentes temas, entre ellos, los relacionados a la competencia. Creo que miraría con buenos ojos si el Perú implementa una ley similar. No obstante, el ex presidente del Indecopi desterró la idea y me parece que el actual tampoco tiene voluntad de impulsarla. Yo no puedo entrar a valorar la opinión de los presidentes, en la medida que el país, en este caso el Congreso, adopte una ley, el presidente del Indecopi tendrá que aplicarla y tomar los medios para hacerlo de la mejor manera. El Congreso será el que defina si quieren un control o no y cómo lo quieren, eso debe quedar bien claro.