El entrenador de la selección venezolana de fútbol (Sub-20) ha llevado a su equipo a la final que se jugó hoy en Corea del Sur. También ha pedido a Nicolás Maduro que cese la violencia en su país. Encarna la esperanza de millones.,Rafael Dudamel, héroe sobre el césped,Rafael Dudamel, héroe sobre el césped,Solo YouTube, con sus videos editados, puede hacer que un gol parezca una hazaña. El gol de Rafael Dudamel a la Argentina, en Venezuela, en las eliminatorias para Francia 98, fue hermoso. El portero venezolano había salido de su área hasta la media cancha para cobrar un tiro libre que mandó al ángulo superior derecho, imparable. Su festejo vino enseguida. Corrió hacia el otro lado del césped para encontrarse con los fanáticos de la Vinotinto, la mano derecha levantada hacia el cielo, el verde encendido de su camiseta, un Aquiles para unas tropas desanimadas, un gol que no servía para nada. El encuentro terminó 5 - 2 a favor de Argentina. Era el 9 de octubre de 1996. Venezuela no iría a Francia. En las estadísticas –que son más frías que la emoción que contagia YouTube– la patria de Bolívar quedaría última en la tabla de posiciones con solo tres puntos. Pero Dudamel seguiría festejando goles. Para los interesados en los números, el solitario hombre de la portería tiene cifras inesperadas: 6 goles en la liga venezolana, 1 en la liga argentina y 14 en la liga colombiana (11 de ellos en el Deportivo Cali, club con el que jugó una final de Copa Libertadores). PUEDES VER YouTube: Venezuela y el penal que pudo cambiar la historia de la final Sub-20 [VIDEO] Alguna vez fue portero en Sudáfrica, pero la mayor parte de su carrera la hizo en Sudamérica, sobre todo en Colombia, donde lo rebautizaron como 'San Rafael'. Siempre ha sido así. Hablar del guardapalos es jugar con la hipérbole. La prensa deportiva acumulaba adjetivos al describirlo: “El arquero más importante en la historia del fútbol de Venezuela”, “referente”, “líder innato”, “el libertador”. Síganme las cámaras Nunca estuvo ajeno a la cobertura mediática. De hecho, fue comentarista del mundial Alemania 2006 para la televisión de su país, pero su faceta como técnico lo hizo un poco más histriónico. En el 2015, como entrenador del Deportivo Lara de la primera división de fútbol venezolano, llevaba hinchas a las charlas motivacionales que dirigía a sus jugadores. “Vamos a darle a ellos una alegría”, pedía, emocionado. Y el año pasado, en su faceta de entrenador de la selección nacional de su país, en la Copa América Centenario, dejaba que la cámara lo siguiera mientras abrazaba a Adalberto Peñaranda, tras la victoria de Venezuela sobre Uruguay. “Cada día mejor, cada día más grande”, le decía al oído, con los ojos acuosos. Todo aquello es Rafael Dudamel, siempre presente en las charlas entre venezolanos, en el intercambio entre fanáticos de Mérida, Táchira o Caracas. Esta semana dejó ese sabor local y se dejó ver por el mundo entero, al llevar a los chicos de la Sub-20 de su país a la final de la copa mundial de fútbol que se juega hoy en Corea del Sur, y al exigirle al presidente Nicolás Maduro que cese la violencia en todo el territorio venezolano. ¿Qué es más importante? ¿Que Dudamel le diera la oportunidad al arquero Wuilker Fariñez, el joven que salió de una barriada caraqueña, fue rechazado por el Real Madrid, y el jueves pasado se convirtió en héroe al atajar dos penales uruguayos o que, tras esa victoria, el entrenador le dijera a Maduro: "Presidente, por favor, paren ya las armas"? ¿Qué tiene más relevancia? ¿Que este entrenador celebrara que Yangel Herrera, el capitán de esta histórica selección venezolana, ocupe ahora el puesto dejado por Andrea Pirlo en el New York City FC o que recordara que un día antes de clasificar a la final, un joven de 17 años -la misma edad de alguno de sus pupilos– cayera muerto en las protestas contra el inquilino de Palacio de Miraflores? ¿Cómo responder a esto sin ser venezolano? ¿Cómo? En el perfil que el mexicano Juan Villoro escribió en 2010 sobre Robert Enke, el portero alemán que se quitó la vida en 2009, hay una definición sobre el oficio de guardapalos: "El portero es el jugador que tiene más tiempo para reflexionar. No es casual que se trate de alguien muy preocupado". Pues allá va Rafael Dudamel; la fe puesta en muchachos que visten la casaquilla del equipo que una vez fue la Cenicienta de Sudamérica y los ojos abiertos ante un país que se desangra. Ya no mete goles hermosos. Pero todavía sirve de inspiración a su país. (E.C.)