Desde febrero, diez bandas de rock graban sus canciones en una frecuencia que resulte amigable para las personas con autismo. Avenida Larco, El asesino de laa ilsusión, Inmortales y Paz ahora pueden ser escuchadas por oídos hipersensibles. La próxima semana se difundirán nuevos temas.,Música para tus oídos [VIDEO],Música para tus oídos [VIDEO],Música para tus oídos [VIDEO],"Que nadie les apague la luz". Daniel F, el flaco de gorra negra, casi sonriente, escribe con plumón negro el mensaje sobre la pared, se despide, sale del local y cierra la puerta. Hace una hora, el líder de Leusemia, la banda fundadora de la movida del rock subterráneo en Lima, oía cómo cuatro muchachos tocaban la balada noventera Te quiero tanto, tanto de OV7. El roquero era una visita en aquella escuela musical de Surco. Permanecía de pie, sonriente, con una guitarra prestada, siguiendo el compás de los jóvenes. Daniel F tocaba con ellos la canción de una telenovela mexicana. Minutos atrás, el tecladista de aquella banda, Juan Carlos de la Cruz, de veinte años, había escuchado por primera vez el tema que Daniel F escribió cuando él ni siquiera había nacido: El asesino de la ilusión. Sin embargo, esa versión no era la original. No había golpes de batería ni guitarras eléctricas. Era, más bien, una no apta para el pogo de los conciertos: estaba dirigida a quienes no toleran la potencia de los instrumentos de rock. Lo que oía este joven era El asesino de la ilusión para personas con autismo, personas que no toleran sonidos estridentes como los cohetes, los cláxones, las licuadoras y hasta los timbres. Juan Carlos, el tecladista de la banda, es una persona autista. Y tiene un oído absoluto. El muchacho escuchó tres veces la canción y ya la tenía lista en su teclado. Daniel solo miraba su creación en las manos del joven. "Basta con que escuchen algo y 'buuum' lo hacen de inmediato", comentaba. El líder de Leusemia grabó la nueva versión de ese tema en febrero. Teclado, voz suave y percusión tímida. "Cuando la cantaba bajito, me decían que estaba muy fuerte. Tuve que cantarla casi susurrando". Daniel F está en la lista de los diez artistas peruanos de rock que han reinterpretado sus canciones emblemáticas en una escala más amigable para las personas con autismo. La Liga del Sueño ya no tiene las guitarras eléctricas en la nueva versión de Mala Sangre. Libido omite las notas altas en Frágil. Cementerio Club interpreta Inmortales sin batería. Muchas personas con autismo nacen con un oído inmaduro y sensible que les impide filtrar sonidos: escuchan todo a la vez. Para ellos, la bulla es diez veces más fuerte de lo normal. Los audífonos son elementos infaltables en sus paseos por Lima. En el Perú no se sabe de manera oficial cuántas personas tienen esta condición. Solo en el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (Conadis) hay dos mil inscritos. El subregistro es grande si se toma en cuenta que —según estimaciones mundiales— una de cada 68 personas tiene este trastorno. Los primeros héroes El domingo pasado, cerca de las siete de la noche, el vocalista de Amén, Marcello Motta, escuchó por primera vez a Los Primeros Héroes, la banda de Juan Carlos de la Cruz. Aquella vez interpretaba Triste canción de Amor de El Tri durante un concierto en el Circuito Mágico de Agua. "Lo hacían de una forma tan honesta —recuerda Motta—. De eso se aprende". La tocada era parte de las actividades por el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Autismo. Allí, mientras Libido, Andrés Dulude (Frágil) y Amén, trataban de suavizar sus canciones para el público con autismo, Los Primeros Héroes rompían los parámetros del sonido. Esto incluso sorprendió a los roqueros tradicionales. Los Primeros Héroes está integrada por cuatro jóvenes con habilidades diferentes (autismo, asperger, y retardo mental). Allí están Alexis Román, quien hace unos meses dejó de taparse los oídos para tocar el bajo; el guitarrista Hernando Flores (27), a quien la música le alegra la vida; Javier Aguilar (31), el baterista cuyo mayor sueño es hacer una gira por todo el mundo; y Juan Carlos de la Cruz (20), el tecladista de oído absoluto. Óscar Bravo, promotor del proyecto Héroes y maestro de los jóvenes músicos, dice que ellos son genios. Los Blue Hits La campaña Blue Hits comenzó este año, impulsada por la agencia de publicidad Youpanqui BBDO y la asociación civil sin fines de lucro Soy Autista y Qué! La idea era que el rock adapte sus sonidos pensando en los muchachos con autismo. "Así también nos gustaría que el Estado adapte medidas como el currículo escolar, capacitación de docentes, diagnósticos tempranos a favor de las personas con habilidades diferentes", dice Milagro Huamán, directora de Soy Autista y Qué!, madre de Jimmy, un adolescente con autismo que tiene problemas para hablar, pero no para cantar. Milagro, quien también escuchó a Los Primeros Héroes en el Circuito Mágico del Agua, habla de medidas pendientes como la aprobación del Plan Nacional para Personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) por parte de la Presidencia de Consejo de Ministros. Esto permitiría que, por fin, los ministerios cuenten con el presupuesto requerido para acciones como la adaptación del currículo escolar y diagnóstico temprano del trastorno. Las grabaciones El miércoles pasado, al mediodía, Marcello Motta llegó al estudio Sordo, de Lince, para versionar los temas Vibraciones Positivas y Paz. Lo acompañó su esposa Giannina, su hija Florencia y Arturo Figueroa, el productor y arreglista de algunos Blue Hits. "En caso de que mis gritos asusten, bájalos... Hay que hacer que los muchachos se vacilen", le decía Motta al productor. Desde el 20 de marzo, canciones versionadas como Los patos y las patas (Raúl Romero), Requiem (Tourista), Mariposas (Líbido) y El Asesino de la ilusión (Daniel F) comenzaron a difundirse de manera gratuita en Youtube y Spotify. La próxima semana se publicarán el resto de temas, entre ellos los de Amén, Río y TK. También estará Av. Larco, con Andrés Dulude de Frágil. Marcello Motta, de zapatos azules (color representativo del autismo), dice que eligió los temas Paz y Vibraciones Positivas —que no son los más emblemáticos de la banda— porque iban a permitir que los niños se acerquen al "idioma del rock". "A mí me dijeron que querían versionar canciones de rock. Fin del tiempo, por ejemplo, es una balada. Y puede escucharse tal y como está", dice. Para la grabación de ambos temas, el vocalista los interpreta en distintos tonos y reemplaza la guitarra eléctrica por la acústica. La estructura se mantiene. Desaparecen los sonidos estridentes. "De repente esta parte los vaya a asustar. Hay que cambiarlo", dice al final del ensayo musical. Los productores musicales —los oídos detrás de las grabaciones— dicen que bandas como La Liga del Sueño y Cementerio Club optaron por volver a grabar sus canciones: música y voz. En cambio, hay casos en los que las melodías sufren modificaciones y los artistas acuden para grabar solo su voz o las guitarras. Nicola Pedreros, Steve Goulden y Arturo Figueroa, del estudio Sordo, improvisan una lista de las principales consideraciones en la música: no sonidos estridentes, no ataques, no frecuencias muy agudas. Prohibidos los platillazos y los sonidos sorpresivos. Milagro Huamán precisa que las canciones versionadas luego pasan por los oídos de un especialista en interacción sensorial. "También les podemos ofrecer asesoría a las bandas para que graben sus temas en la frecuencia requerida por las personas autistas", propone. Así es como los roqueros peruanos se pusieron suaves para esta iniciativa. "Todo música por más fuerte y agresivo que parezca tiene su lado sensible", comenta Nicola Pedreros. "Recién son los primeros pasos", dice Daniel F, antes de coger un plumón y pintar la pared con la frase de una de sus canciones más emblemáticas. Eso necesitan las personas con autismo: Que nadie apague esa luz.