Fernando Armas recibió un “regalo” inesperado al cumplir 25 años como imitador y 50 años de vida el 2015: un cuadro severo de estrés, ansiedad y pánico que lo obligó a bajar el ritmo, dejar trabajos, cancelar presentaciones y tomar la vida más deportivamente. “Es irónico, ¿cierto?, un hombre que vive todos los días de su vida haciendo reír a la gente, no sabe cómo reír”, nos dice, vestido con un inusual pantalón amarillo. Es miércoles y faltan pocos días para las elecciones. Esta será una conversación en la que revisaremos con el actor la temperatura en el mundo de los personajes que imita: la política. “Mi personaje más querido es Alberto Fujimori, porque con él me inicié. Fue una de mis primeras imitaciones, cuando él prometía honradez, tecnología y trabajo. Eso es lo que yo he hecho, pero él no cumplió”, dice, y ríe. Hay una frase que dice “A mal tiempo buena cara”. ¿Qué frase crees tú que define la campaña electoral que termina este domingo (hoy)?Yo diría que es mejor reír que llorar por los candidatos, porque hoy tenemos dos personalidades que nos han dado muestras de tener diferentes formas. Dicen que las elecciones son una fiesta electoral, esperemos que la resaca de esta fiesta, que tendrá al día domingo como hora loca, no venga con dolor de cabeza.¿Un cómico o imitador político termina siendo en cierta medida un analista político también?Cuando se trata de que uno dé un enfoque al humor político, sí terminas siendo un poco como analista. Hoy, por ejemplo, me puse a escribir 30 o 40 líneas en Facebook sobre las elecciones, pero después lo borré...¿Por qué?Porque nosotros nos debemos a todos y como comediante político no debo mostrar una línea política. Me preocupa sí mi país, tengo mi candidato, o candidata (ríe), para que no deduzcan, pero sí, nos convertimos de determinada manera en analistas sociales de la coyuntura.¿Desde esa posición de “analista social”, cómo ves al país? Hay quienes dicen que el Perú es como el Titanic, pero con los tripulantes aplaudiendo...Yo veo que en la política, como en la selección peruana de fútbol, hay rostros que están ahí desde hace diez o quince años, pero no clasifican al Mundial. Entonces, como en la selección, en la política también se necesita renovación. El Perú es un país hermoso, de grandes riquezas donde no hay igualdad. Dicen que ha habido reducción de la pobreza... porque han crecido los cementerios, será (pone un tono de evidente sarcasmo). Uno se ríe porque parodia eso, pero hace muchos gobiernos que se promete agua para todos, salud para todos, casa para todos... al final, ¡a todos nos engañan!Ahora, si al igual que en la selección peruana, tenemos a los mismos políticos, es porque el entrenador, en este caso los electores, mantienen a los mismos...Sí, pues. ¿No dicen que cada país tiene el Presidente que se merece?¿Tú crees eso?Yo creo que es eso porque es la mayoría la que manda en democracia. Lamentablemente tenemos instituciones y partidos débiles y la población peruana siempre tiene que elegir el menos malo. Este año no nos toca elegir con la nariz tapada, no entre el sida y el cáncer, pero son candidatos que generan dudas. Si somos como el Titanic, pero con los tripulantes aplaudiendo, ¿será que los peruanos somos masoquistas, Fernando?¡Pero si hemos elegido a Alan dos veces! Somos masoquistas y amnésicos, tenemos esa característica. Eso merece reflexión, es necesario mayor educación y cultura, y también instituciones más fuertes. Estas elecciones parecen el Waze (hace la voz de la mujer española que da instrucciones para sortear el tráfico): siga de frente; no, mejor voltee a la derecha, atención, político corrupto, voltee a la izquierda, vuelva a girar a la derecha... (se ríe). Los chicos apoyaban a Guzmán, luego salió y cambiaron a Verónika, en esta segunda vuelta vuelven a cambiar... esta elección los está desviando. Y si aprueban esa ley para legalizar la marihuana van a terminar más desviados... (bromea). Este año estrenaste programa, estrenaste tu faceta de periodista y has entrevistado candidatos...Sí, ha sido buenísimo porque me ha permitido conocer un poco más de la personalidad de cada político. ¿Qué has descubierto por ejemplo?He descubierto que todos venden... todos son grandes vendedores de ilusiones, todos son empáticos con la gente o tratan de ser empáticos con la gente, pero definitivamente no todo lo que dicen quieren hacerlo. Hay demasiada demagogia y demasiada palabrería, tanto que yo mismo ya me animo a vender mi posición para un país mejor. Quizá lo que yo diga pueda ser más tomado en serio, porque yo no oculto nada, soy un artista cómico. Sin embargo, ellos pretenden llegar a la masa con una sonrisa hipócrita, pero lo que está detrás de ellos es el afán de poder. Es curioso, ¿no? En general, la gente no quiere a los políticos, pero a las características de los políticos, las adora...Así es, por ejemplo a Toledo, que ya es un clásico para mí. Como yo digo, con cada personaje me mimetizo... Alan es Géminis, un gran orador y según los astros, una de las personas que más piensa. Por los gemelos, tiene esa doble personalidad. Yo soy géminis, a veces quiero y a veces no quiero. Es la escopeta de dos cañones...¿Qué tienes de Toledo?Los dos somos provincianos, tenemos once o diez hermanos y a los dos nos gusta el trago. Como provinciano, pachamanca, yunza y lo que sea. Yo chelita y el whisky, por supuesto. Ollanta es cosito. Yo, para qué voy a negarlo, la que manda es mi esposa. Y Fujimori tiene su pasado oscuro. ¡Yo tengo mi pasado oscuro, chisiricósoros! (cambia la voz a la de otro de sus personajes y luego se ríe). No, pero a los imitadores le ven el personaje como que más subliminal, ¿no?¿Cómo así?(Fernando imposta la voz y de pronto es Alan García quien habla a nuestro lado): Porque el doctor García empieza a hablar y elocuentemente a decir que va a haber una renovación del partido... renovación porque vamos a tener una liposucción y un cambio de papada... (Armas retoma su voz) Toledo es un clásico que con solo afirmar o negar con la cabeza ya es risible. Fujimori siempre con su “soy inocente” hace reír a la gente. (Armas mira hacia arriba y viene el cambio de voz): ¡De todo me han acusado y yo soy inocente! Y me dieron 25 años, qué tal si soy culpable... (Retoma su voz habitual) La gente se ríe de todo eso, sin embargo la risa es por un momento, porque ninguna imitación ayuda al personaje...La gente diferencia entre el personaje y su imitación.Así es, nosotros no ayudamos a que el personaje tenga más votación o más simpatía. Ayudamos a bajar el efecto que puede tener un personaje duro o cachaciento, lo ayudamos un poco a que se ría de la comparación, pero no ayudamos a que tenga más votos. ¿Todos los políticos son imitables? A Julio Guzmán, que tuvo tanta participación en la primera vuelta, no lo hemos visto mucho.Sí se le ha imitado, pero tuvo poca participación y se esfumó... Es que los personajes de los políticos mueren también con su vigencia. Por ejemplo, ahora los que van a estar vigentes son los que entran al Congreso. Yo empecé a imitar terminando el primer gobierno de Alan y me he pasado: Alan, Fujimori, Toledo, Ollanta... si gana una mujer, ya me fregué. ¿Cómo hago esa imitación? Tendría que hacer la del papá... Pero hay personajes que dejan de aparecer en la vida política y desaparece su imitación. Olivera volvió y lo retomamos. ¿Hay mensajes subliminales en las imitaciones, Fernando?Sí, porque somos ciudadanos. Somos peruanos que también sentimos, soy un empresario, pago mis impuestos, y todo lo que pueda repercutir en el manejo político, a nosotros, como ciudadanos, puedes ser médico, abogado o cómico, nos puede afectar. Entonces, razonamos antes de emitir una cuestión cómica, como para que también las personas a las que aludimos tengan una reflexión.Hay una responsabilidad grande, entonces, porque es posible que un gran sector de la población vea o escuche más las imitaciones que a los propios personajes en las noticias. Sí, hay una responsabilidad, es cierto. Por eso es que te digo que hoy me puse a escribir algo político en el Facebook e incluso lo publiqué, pero luego lo borré. ¿Por qué? Porque a veces en el país se malentiende el hecho de que uno pueda asumir una posición de análisis. Entonces, siempre te ven como comediante... Mira lo que les pasó a los actores de Al fondo hay sitio, han tenido toda una avalancha de críticas. Entonces, no es que yo no tenga esa valentía, sino que no quiero polarizar, no quiero enfrentamientos. Si mi alma es de sacar sonrisas, no quiero hacer que la gente deje de sonreír. Prefiero mantenerme neutral y decir cosas con las que se rían todos. Claro, pero sí nos puedes decir cuál es el país que tú quieres o qué quieres para el Perú.Bueno, unas personas me decían: Sabes qué, Fernando, tú deberías postular a algún cargo porque falta adecentar la políticar. Adecentar la política significa que necesitamos un país sin corrupción, un país que tenga líderes que manejen las riquezas de nuestro Perú para darle a todos por igual y donde cada funcionario gane lo que debe ganar, pero que no gane más a través de manejos oscuros, que no se emborrache con el poder. Después de 15 años de crecimiento, es momento de darle oportunidades a todos. Hay que fortalecer toda esa democracia y todo ese desarrollo manejando bien las instituciones, y que haya presencia del Estado en todos los pueblos, no solo en las capitales de provincia. El Perú debe crecer con más igualdad. En las elecciones pasadas, escribiste un tuit con el hashtag #yoal2021. ¿Tienes alguna inquietud política o fue pura chacota?No, fue pura chacota, pero cada vez que he entrevistado a los políticos les pregunto, por ejemplo “¿su familia está contenta con que sea congresista?”. La mayoría me dice que siempre tienen esa diferencia con la familia, con la esposa. Lo mismo pasaría conmigo, mi esposa me ha dicho: Si entras a la política, te casas con ella, porque de mí te divorcias. Además, entrar a política es como decir que vas a ser vedette...Porque está desprestigiada.Así es, es como decir que te vuelves culisuelta... (se ríe). Entonces, creo que desde mi quiosco hago patria, a través de un mensaje, a través de mis inversiones, pero no pienso hacer política muy arraigada porque creo que hay quienes pueden hacerlo mejor, además yo quiero seguir teniendo amigos... (se ríe). Renato Pajuelo