Solo el 50% de nuevos trabajadores en Lima consigue empleo, advierte experto según cifras del INEI

En el trimestre móvil terminado en junio, Lima Metropolitana solo generó 20.100 empleos netos en comparación con el mismo periodo del año pasado. La cifra, aunque positiva, representa el nivel más bajo de creación de empleo desde noviembre de 2019 —excluyendo los periodos afectados por la pandemia—, según advierte el economista Juan Carlos Odar.

“Lima ya no absorbe con facilidad a quienes ingresan al mercado laboral. No veíamos un ritmo tan lento de creación de empleo —excluyendo el periodo de pandemia— desde fines de 2019”, advirtió a La República.

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Déficit de empleo

En ese sentido, estima que en Lima cada año la población en edad de trabajar crece en 340.000 personas, de las cuales en lo que va del 2025 entre 35.000 y 40.000 se han sumado trimestralmente a la fuerza laboral, es decir, buscan activamente empleo

Sin embargo, si el mercado solo es capaz de generar 20.000 puestos, esto implica que una de cada dos personas que busca trabajo no lo consigue. “Ya no tenemos el efecto de recuperación pospandemia. Lo perdido se recuperó y ahora lo que toca generar de nuevo, cuesta más”, remarcó a La República.

Factores detrás del freno

Para el economista, la caída del dinamismo en Lima responde a diversos factores. En el frente externo, persiste la incertidumbre global, con riesgos como los nuevos aranceles en EE.UU.. A nivel interno, la etapa preelectoral ya empieza a pesar sobre las decisiones de inversión y contratación.

Además, el crecimiento de la economía se viene concentrando fuera de la capital, gracias al buen desempeño de las exportaciones tradicionales (como el cobre) y no tradicionales (como las frutas), sectores donde Lima tiene poca participación.

“Ni produce cobre, ni arándanos ni uvas. A lo mucho tiene participación marginal. Por eso, aunque la economía crece por estos rubros, el mercado laboral limeño no se beneficia igual”, explicó Odar.

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Otro factor que debilita la calidad del empleo es el avance de servicios de baja productividad, como comercio informal y transporte. Si bien estas actividades generan ocupación, no necesariamente garantizan condiciones laborales adecuadas ni ingresos estables.

En paralelo, se observa una caída en el empleo vinculado al sector público, especialmente en salud. “Durante la pandemia hubo una contratación rápida de profesionales, que hoy ya se está desarmando”, recordó.

El especialista también advierte una sobreoferta de mano de obra en sectores como comercio, donde los ingresos vienen cayendo en términos reales. 

“Muchas personas aceptan trabajos con remuneraciones muy bajas ante la alternativa de no tener ningún ingreso. Eso evidencia que hay demasiada oferta de trabajo y poca demanda en esos rubros”, apuntó.

Pese a este panorama, Odar no descarta que a nivel nacional se pueda alcanzar una recuperación de entre 300.000 y 450.000 empleos durante 2025, aunque ello dependerá de que no se agrave la incertidumbre interna ni se intensifiquen los choques externos.