Con la intención de financiar varias ayudas a la población para combatir la rampante inflación, este último 25 de mayo, el Reino Unido anunció la introducción de un impuesto “temporal” del 25% sobre los beneficios de las compañías de petróleo y gas, que han lucrado con el alza de los precios de los hidrocarburos.
Rishi Sunak, ministro de Economía, precisó que esta nueva tasa estará compensada por una desgravación fiscal del 80% que recibirán las empresas que reinviertan sus ganancias en el país.
“El sector del petróleo y el gas ha obtenido beneficios extraordinarios no como resultado de cambios en su asunción de riesgos o de la innovación o la eficiencia, sino por el aumento de los precios de las materias primas a nivel mundial, impulsado en parte por la guerra de Rusia” en Ucrania, dijo Sunak en su presentación ante el parlamento.
“Por esta razón, acepto el argumento de que hay que gravar esas ganancias de manera justa”, acompañándolo de incentivos para la inversión, afirmó.
Esta desgravación se añade a la que ya existe sobre el impuesto de sociedades, de modo que en total las corporaciones no tendrán que pagar impuestos sobre aproximadamente 91,25 peniques de cada libra (1,17 euros) que inviertan.
El nuevo “impuesto sobre los beneficios de la energía”, a su vez, se suma también a los ya existentes hasta un gravamen total del 65%.
De acuerdo con Sunak, la tasa, que entró en vigor este jueves 26 de mayo, se retirará cuando “los precios vuelvan a niveles históricamente más normales”, además que recaudará en torno a US$ 6.300 millones este año, y no descartó aplicar una similar al sector eléctrico y de gas natural.
En total, el ministro dijo que su paquete de ayudas, que incluye un descuento universal en la factura energética, tiene un coste de 16.600 millones de euros.
Con información de EFE.