Patricia Balbuena, ministra de Cultura, reflexiona sobre las comunidades originarias. ,Por Patricia Balbuena Palacios, Ministerio de Cultura. Interculturalidad es una palabra que se percibe lejana y abstracta pues no se utiliza en nuestro hablar diario. Sin embargo, en la práctica, la interculturalidad es reconocimiento, respeto y voluntad. Es reconocimiento pues lo que no se conoce, no se valora. Por ello, un primer paso es entender que en el país coexistimos personas y comunidades con culturas y lenguas diferentes. La escuela por ejemplo, es un espacio de aprendizaje, sin embargo dentro de todos los recursos que los docentes ponen a disposición de los estudiantes, muchas veces, no se toma en cuenta los saberes de quienes componen su comunidad. PUEDES VER: Ministra Balbuena se presentó ante Comisión de Cultura [FOTOS] Por ello, es tan valioso, lo que viene haciendo la escuela primaria de Sichuan (Cusco) mediante el proyecto “Mi chacra me enseña”. A través de la autogestión de un huerto en la escuela donde participan padres, madres y sabios de la comunidad en su cuidado y mantenimiento. La chacra se convierte así en el espacio donde se habla sobre la importancia de mantener sus saberes tradicionales en la formación de los alumnos, reconociendo y valorando la cultura de dicha comunidad. Otro ejemplo notable es el desarrollado por la UGEL de Chulucanas (Piura), donde se decidió emprender un proyecto educativo intercultural para reconocer el pasado ancestral de los afroperuanos. En 34 instituciones educativas -con la participación de más de 2.500 estudiantes y 150 docentes- se están introduciendo en las actividades educativas, diversas manifestaciones culturales y aportes de la población afroperuana, logrando así fortalecer la autoestima de los estudiantes con relación a su pasado, enriquecer su identidad y elevar su rendimiento académico. PUEDES VER: La collera de "Los inocentes" se sube a las tablas La interculturalidad también es respeto. Una cultura distinta a la propia debe ser apreciada y valorada pues permite acortar distancias y mejorar las condiciones de vida. Una buena muestra de esta práctica es la que puso en práctico el equipo de la Unidad Operativa de Salud de Churcampa (Huancavelica) y su proyecto “Runa, Ayllu y LLacta Saludable”, confluyen los saberes tradicionales con el respaldo médico, permitiendo el uso del quechua en el servicio, incorporado a los terapeutas tradicionales (parteras, hueseros) y dando la oportunidad a las pacientes de optar por el parto vertical. Antes de comenzar esta iniciativa, el Ministerio de Salud reconoció que tres de cada diez mujeres perdían la vida durante el embarazo o el parto, incorporando estas costumbres al servicio de salud, la provincia de Churcampa lleva una década sin muerte materna. Pero no olvidemos que la interculturalidad también es voluntad. Es la decisión de revertir determinadas brechas con las que los grupos más vulnerables de nuestra sociedad conviven cada día: solo uno de cada cien personas afrodescendientes concluye la educación superior, un tercio de la población con lengua materna indígena es pobre, la presencia del VIH dentro de la población Awajun de Amazonas es cuatro veces más que el promedio nacional. PUEDES VER: Rally Dakar provocó choque múltiple en Mincu Esta dura realidad nos hace conscientes de la necesidad de trabajar con mucha fuerza para cambiar esta situación. Por ello, hace unos años, el Estado tomó la decisión de llevar un servicio diferenciado, a través de la Plataformas Itinerantes de Acción Social - PIAS, a las zonas más alejadas de las cuencas de los ríos Napo, Morona, Putumayo (Loreto) y el Lago Titicaca (Puno). La voluntad de brindar servicios estatales mediante embarcaciones fluviales itinerantes rompió con la distancia y exclusión histórica con la que vivían los ciudadanos indígenas achuar, shawis, aimaras, quechuas, secoyas, huitoto, boras, awajún, kichua, chapras, wampis, entre otros. Este servicio se realiza respetando las características culturales y lingüísticas de cada comunidad. Es necesario reconocer la participación de mediadores culturales, quienes ayudan a los usuarios a solicitar los servicios de salud, educación y hasta realizar trámites sin que el idioma se convierta en una barrera. Desde el Ministerio de Cultura, valoramos y reconocemos este esfuerzo y por ello premiaremos a los ganadores de la quinta edición del Concurso Buenas Practicas Interculturales en la Gestión Pública. Es nuestra tarea hacer visibles estas iniciativas y generar la oportunidad de trabajar juntos con los diversos sectores y niveles de gobierno con el fin de lograr el gran anhelo de vivir en un país diverso donde la intercultural no sólo sea una palabra sino una acción.