Elaborado con harina, manteca, anís y maní, es uno de los símbolos del distrito cañetano conocido como la ‘Cuna y elegancia del folclore afroperuano’. ,Luis Pérez / Revista Rumbos El carnaval se fue con el Miércoles de Cenizas. Adiós descontrol. Bienvenida la Cuaresma y la Semana Santa con sus escenas bíblicas de la vida, pasión y muerte de Jesucristo, el hijo de Dios. PUEDES VER: Nuestra Picantería: rescatando la tradicional gastronomía arequipeña Cada pueblo tiene su propia particularidad y esencia para conmemorar los días de recogimiento. Algunos atesoran saberes centenarios que conectan las sensibilidades propias de la fe, con sucesos extraordinarios que se mantienen vigentes por la tradición oral. Es así que la Semana Santa de San Luis, provincia Cañete (Lima), tiene forma y sabor de un pan de dulce. Un pan infaltable en los hogares porque en él está la esencia del Domingo de Ramos y del Domingo de Pascua de Resurrección. Historia y fe El burrito de los panes. Foto: Luis Pérez El Domingo de Ramos, al mediodía, se escucha el sonidito de una campanilla. Esa es la señal de que el burrito del Señor, acompañado de los apóstoles Juan y Pedro –escenificados por Giancarlos Cabello y César Villalobos– anda por el pueblo de arriba a abajo, recolectando los panes dulces. “A mediados del siglo XX, la burrita que paseaba en su lomo al Señor del Triunfo se aparecía días antes de la llegada del Domingo de Ramos. El animalito recorría el pueblo y, con su cabeza, tocaba las puertas de los vecinos para que la alimenten con camote, agua y pan de dulce, su favorito”, Giancarlos recuerda los decires memoriosos de su abuelo. Cuentan que la burrita se ahogó en una acequia. “Existieron intentos de domesticar otras para que continúen con la tradición, pero fue en vano”, César apela también a su memoria. “El año pasado salimos días antes a recoger los panes de dulce. Seguiremos haciéndolo porque es parte de nuestra historia e identidad”. Esa es la misión de Giancarlos y César y de todas las personas involucradas en el rescate de las expresiones que se han ido apagando en este pueblo viejo. Luego de la procesión del Domingo de Ramos, los panes recolectados son entregados a los feligreses. Pero ahí no queda todo. A las cinco de la mañana del Domingo de Pascua de Resurrección, luego del tañido de las campanas de la iglesia y los camaretazos, el Cristo resucitado sale en procesión. Él lleva sobre sus manos el ‘pan del Señor’. El Cristo Resucitado lleva el llamado 'pan del señor'. Foto: Luis Pérez “Quien inició la entrega de un enorme pan de dulce al Jesús Resucitado, fue mi tío Jorge Donayre, como una forma de agradecimiento por la abundancia de trabajo durante la Semana Santa”, expresa Luis Donayre, el panadero encargado de hacer la ofrenda. Para los sanluisinos que Cristo lleve el pan tiene un significado mayor. Es un detalle que está asociado a todas las variedades de panes que se reparten en el pueblo, “es sinónimo de que Jesús se ofrece como el pan de vida que nunca faltará en los hogares”, revela Augusta Cucha Manzo, mientras se santigua frente a él. Los datos La Semana Santa de San Luis de Cañete es una las manifestaciones más grandes de la comunidad afroperuana. Este distrito es uno de los pocos en los que se realiza una procesión el Viernes de Dolores, previo al Domingo de Ramos. En Rumbo Dónde: En San Luis de Cañete, a 90 minutos de Lima por la Panamericana Sur.