La Semana Santa continúa en Rumbos. Esta vez les contamos como se vivió el Viernes Santo en Tanta (Yauyos, Lima).,Luis Pérez / Revista Rumbos “Tempranito vamos al campo a traer las flores silvestres. Siempre buscamos las más vistosas”, cuenta Juancito, el inquieto niño de mejillas enrojecidas por el inclemente frío, mientras deshoja las flores amarillas con las que le dará vida y color a una de las 15 artísticas alfombras que se trabajan en las callecitas de su pueblo. PUEDES VER: Machu Picchu se convertirá en una Reserva de Biosfera “En Viernes Santo recreamos las estaciones del Vía Crucis en las alfombras. Así es nuestra costumbre. Son las escuelas y las instituciones públicas las responsables de elaborarlas”, se emociona al decirlo el alcalde Pablo Peña, quien desde la Plaza de Armas observa el andar apresurado de los niños, jóvenes y adultos que tienen como destino a la iglesia Matriz. En el templo rezarán el rosario y cantaran hasta bordear la medianoche, entonces, "salen en procesión el Santo Sepulcro, la Virgen María y los santos patrones, San Antonio y Santa Rosa de Lima. Todo sigue tan igual como lo vivieron nuestros ancestros”, describe Clementina Quispe, mientras enciende las velas que quiebran las sombras en el interior del recinto eclesiástico. ‘¿Qué estamos pagando Señor?, ¿Qué hemos hecho?, ¿Por qué nos castigas?’, se cuestiona Hernán Sandoval, al instante que se golpea el pecho frente a la urna del Cristo yaciente. Esa es su reacción por la incesante lluvia, la granizada y los relámpagos que iluminan Tanta. “Ya estamos a punto de iniciar la procesión. Ojalá pase esto de una buena vez”, le comenta Julio Huamán a uno de sus compañeros de la banda de músicos, quienes ejecutarán diversas marchas durante todo el recorrido que se prolongó hasta las seis de la mañana del Sábado de Gloria. Pero tal parece que Dios escuchó la conversación de los músicos. Adiós tempestades. La luna luce brillosa. Hernán, de la alegría, brinda con ‘chamiscol’ para calentar el cuerpo. Clementina entrega a los fieles las velas encendidas. El alcalde ya tiene el resultado final del concurso de alfombras. Mientras todo eso ocurre, Juancito se une al grupo de niños que esperan llevar sobre sus hombros las andas de la Virgen María, San Antonio y Santa Rosa de Lima. Él sabe que tendra que esperar varios años para cargar al Santo Sepulcro. Y es que solo jóvenes y adultos, vestidos con un traje oscuro, tienen ese privilegio. Así son las reglas de la fe, la costumbre y la tradición a más de 4 278 m.s.n.m. Así se viven los últimos días de la Semana Santa en Tanta, provincia Yauyos (Lima).