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Si las elecciones fueran mañana…, por Pedro Castro Balmaceda

"Y si las elecciones fueran mañana, ¿a quién le estaríamos dando nuestro voto: a los que acumularon denuncias, investigaciones y sentencias o a los que en poco tiempo demostraron capacidad, honestidad y responsabilidad?".

El Perú se ha convertido, en estas últimas décadas, en una zona de una guerra mediática sin cuartel entre la derecha y la izquierda. Y en el medio, acumulando el odio de ambos flancos, se encuentran los que ellos llaman, de forma peyorativa, “los caviares”. Pero, acaso no fueron los caviares los que nos salvaron, en el gobierno de transición de Valentín Paniagua, del caos generado por el descalabro del, escandalosamente corrupto, gobierno de Alberto Fujimori en el año 2000. O, ya olvidamos que gracias al gobierno de transición de Francisco Sagasti se logró vacunar a un país que moría, a velocidad de crucero, por la pandemia del Covid-19.

Las discrepancias políticas e ideológicas no pueden obligarnos a ignorar lo bueno que nos dejó un gobierno, sobre todo los que demostraron que, en pocos meses y con capacidad de gestión, es posible hacer viable un país tan ajeno en estos tiempos.

La derecha peruana tuvo en Fujimori y García a sus máximos exponentes y representantes de los últimos 30 años. Impulsaron medidas importantes y trascendentes, pero se olvidaron de que un país no se puede manejar como una gran corporación sin alma y sin motivaciones. La izquierda, por su parte, tuvo en Pedro Castillo y Cerrón una bala de plata, que terminó como la peor representación que pudieron haber elegido, demostrando una incapacidad y una impericia para liderar el Poder Ejecutivo nunca antes vista, afín a la corrupción y rodeada de siniestros personajes, algunos más ineptos que el propio aprendiz de dictador.

Un país no puede ser administrado como un banco, en donde todo en lo que se invierte debe tener una tasa de retorno para poderla medir como una rentable intervención. Existe lo que se llama “inversión social”, proyectos que buscan, directamente, el bienestar y el mejoramiento de la calidad de vida de los pobladores: construir carreteras sin concesionarlas por medio siglo, construir hospitales de alta complejidad, al menos uno en cada región, invertir en educación de calidad, con servicios mínimos de agua potable y mobiliario. Menos desigualdad, menos pobreza.

Y si las elecciones fueran mañana, ¿a quién le estaríamos dando nuestro voto: a los que acumularon denuncias, investigaciones y sentencias o a los que en poco tiempo demostraron capacidad, honestidad y responsabilidad?

Pedro Castro Balmaceda

Piurano, Comunicador Social y Administrador. Fui periodista más de un lustro y desde hace una década trabajo en Relaciones Comunitarias, pero siento que entre ambas profesiones existe una similitud: la sensibilidad social. Me gusta leer y escribir, tengo cuentos sin publicar y una novela a mitad de camino por falta de inspiración y valentía.