Misterio Casimira Flores Cortez (48) fue acribillada en Pamplona. Como voluntaria, apoyó a sus compañeros en los incendios de El Agustino, Cantagallo y Larcomar.,Para sus compañeros del Cuerpo General de Bomberos, Casimira Irene Flores Cortez era un ejemplo de dedicación y vitalidad. A sus 48 años, nada aplacaba ese fuego interior que la impulsaba a diario a aprender y colaborar, arriesgando incluso su propia vida en cada emergencia. ¿Quién, entonces, tendría motivos para querer asesinarla? PUEDES VER: Director de escuela policial usa bienes públicos para cumpleaños de su hijo Esa es la pregunta que ronda entre los suyos desde la noche del lunes, cuando sujetos armados llegaron a su casa de Pamplona, San Juan de Miraflores, con el único objetivo de matarla. Y así fue. Tras dispararle en el frontis del inmueble, dos tiros en el pecho y uno en la cabeza, huyeron sin llevarse nada. "Escuchamos sus gritos y nos asomamos a ver. Eran como las once de la noche y pensábamos que habían querido robar, como suele ocurrir por esta zona, pero solo vimos a tres sujetos subiendo a un auto negro que desapareció en segundos", contó la comerciante Gladys Villalba, vecina de la víctima. Aún con signos de vida, 'Iream', como la conocían sus amigos de la Compañía N° 106 de Villa María del Triunfo, fue evacuada al hospital María Auxiliadora, donde los médicos hicieron denodados esfuerzos por salvarla. Un paro cardiorrespiratorio acabó con su vida poco antes de entrar al quirófano. Asesino conocido Tras reportarse el hecho a la Policía, peritos de criminalística y detectives de la Divincri-San Juan de Miraflores llegaron al predio ubicado en la Mz. L, lote 6 de la asociación Residencial Pamplona, donde recogieron una serie de evidencias (huellas, casquillos, rastros de sangre) y confirmaron que al ataque no tuvo como móvil el robo. Un detalle que sorprendió a los efectivos fue el hecho de que la víctima, quien vivía sola, tuvo que abrir necesariamente la puerta de su casa antes de ser acribillada. Por ello no descartan que conociera a sus asesinos. "La casa tiene dos puertas y además una reja. La fallecida, necesariamente, tuvo que conocer al menos a uno de los pistoleros, pues salió a recibirlos como si esperara su visita. Además, hay un pasadizo que conecta la calle con el inmueble. Entre los asesinos tuvo que haber alguien de su entorno", explicó uno de los investigadores. Vida solitaria La infortunada era natural de Cusco y además de ser bombera, administraba un negocio de mensajería. Y pese a ser una persona muy jovial, llevaba una vida solitaria. Hace unos años se separó de su esposo y decidió dedicarse de lleno a su negocio y a su vocación de atender a los necesitados. "Era una mujer independiente, pero también muy reservada. Nunca contó si recibía amenazas. Trataba de mostrarse alegre y activa, tiene una hija de 18 años que vive en el Cusco con su papá. Pedimos a las autoridades que encuentren a sus asesinos", declaró su hermano mayor, Víctor Flores Cortez, quien recordó que Irene apoyó a sus compañeros que acudieron a los incendios de Larcomar, Cantagallo y El Agustino. Claves Velatorio. Sus restos son velados en el cuartel de la Compañía Nº 106 de Villa María del Triunfo, a la que se integró hace un año. Apoyo. Su trabajo en el cuerpo de bomberos consistía en dar apoyo a los paramédicos y rescatistas, entregándoles equipos.