Pedro Pablo Kuczynski. Presidente electo del Perú. Asumirá el cargo el jueves 28.,Son las cinco de la tarde del domingo y Pedro Pablo Kuczynski recibe a La República para conversar sobre diversos temas. A días de asumir la presidencia del país, se encuentra dándole los últimos toques al que será su discurso. No quiere aburrir a los asistentes. En cambio, está pensando en un mensaje directo y corto (de una media hora, aproximadamente). Los detalles y los contenidos más programáticos prefiere dejárselos al premier, Fernando Zavala. PUEDES VER: Verónika Mendoza: “Si Humala indulta a Fujimori sería inmoral, una traición” Cuando se empieza un gobierno, quien asume suele hacer un gesto importante para empezar. ¿Cuál será su primera acción en la presidencia? Impulsar un programa de seguridad ciudadana que sea más efectivo que lo que tenemos ahora, pero también haré gestos. El 8 de agosto iré a Puno con un avión lleno de suministros para el friaje y luego me iré a Madre de Dios para hablar con los mineros artesanales e ilegales. Y el 14 me iré a Arequipa para hablar sobre el sector agrícola, de Majes. Su primera decisión será entonces sobre seguridad ciudadana. Eso es lo que pide todo el mundo. ¿Qué vamos a escuchar el 28 sobre eso? Una estrategia para detener las extorsiones, que es el crimen que más ha crecido en los últimos años, que viene de las mismas cárceles. También debemos impulsar un diálogo con la Fiscalía y el Poder Judicial porque no es posible que se libere a un joven acusado de acosar a una chica y termine matando a otra. ¿Cómo es posible que lo suelten? Carlos Basombrío, próximo ministro del Interior, dijo que en un año podría haber resultados en el sector. Sin embargo se le ha criticado porque hay urgencias. ¿Qué deberíamos esperar del nuevo gobierno en seguridad ciudadana en los primeros meses? La percepción, y las cifras lo corroboran, es que hay un incremento en la criminalidad. Se necesita un cambio de tendencia. Al mismo tiempo, la Policía tiene que estar bien tratada, tener más incentivos y las manzanas podridas deben ser sacadas del barril. ¿Está de acuerdo con Basombrío en que los cambios deberán sentirse en un año? Yo espero que antes de un año. ¿Cuánto tiempo espera que le dure Basombrío como ministro del Interior? ¿Qué va a hacer para que Interior pueda tener continuidad? Es cierto que si sumamos los tres últimos gobiernos hay unos 20 ministros del Interior. ¿Y cómo piensa revertir esa tendencia? Poniéndome yo en un papel importante. Por ejemplo, hay que citar al Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana que ha sesionado una o dos veces por gobierno. Las reuniones deben ser periódicas, cada quince días o cada mes, por lo menos, hasta que cambien las cosas. Hay que estar ahí. ¿De qué más hablará en su mensaje del jueves, aparte de seguridad ciudadana? De lo que yo llamo la revolución social, o servicios sociales dignos para la gente. Acabo de pasar por Manchay y había una tremenda cola de gente en el Banco de la Nación para cobrar su pensión. Eso debería ser automatizado. Los presidentes en el Perú, desde el retorno a la democracia al menos, empiezan con una alta aceptación popular pero en el camino esta se diluye. Pasó con Toledo, García, Humala. ¿Qué tiene pensado hacer usted para no perder la conexión con la gente? Lo que se necesita es un premier que administre al país y le deje tiempo al presidente para ir a muchos sitios, no a dar discursos sino a conversar. ¿Será un presidente conversador? Por lo menos escuchador, porque eso es muy importante. Cuando yo iba con Toledo a Arequipa, el gabinete se ponía en un estrado, con la gente abajo. García hacía lo mismo... La verticalidad del poder. Claro. Yo no sé cómo son los viajes de Humala, pero hay que evitar estas cosas. Y también hay que arreglar los problemas locales. A mí me gusta viajar en auto y ver a la gente más de cerca. Porque esto de llegar como un marciano en helicóptero y desaparecerse dos horas después no es muy atractivo. Hay que pensar, además, en combatir un poco este culto a la personalidad que hay en América Latina y en Estados Unidos y mostrar más al equipo de trabajo. Sobre ese equipo, ¿su gabinete no es demasiado tecnocrático? ¿No ha prescindido de darle un peso político más importante? Bueno, hay ministros con bastante experiencia política, como el ministro de Cultura, Jorge Nieto Montesinos. El mismo Carlos Basombrío es alguien con conocimiento político. Luego, han dicho que todos son de Lima. Eso es mentira. Edwin Trujillo, que será ministro de Vivienda, nació en Amazonas y creció allí. El mismo Zavala es de Tacna. Martín Vizcarra es de Moquegua. Cayetana Aljovín es una persona que no tiene mayores vínculos con programas sociales. ¿Qué ha visto en ella que puede servir en el MIDIS? Ella ha tenido una larga carrera en el sector público. Es una muy buena organizadora. Le recuerdo que el MIDIS tiene Beca 18, Pensión 65, Qali Warma y son programas que pueden crecer pero que necesitan buenos controles. ¿El vínculo de Aljovín con sectores empresariales no será un problema para un gobierno al que, sin haber asumido, se le advierte que será vigilado de cerca por posibles lobbies? Los fujimoristas advierten de esto a cada rato. El papel de ella en el sector empresarial ha sido completamente digno y transparente. Ella no se ha dedicado a hacer lobbies. ¿Todos los programas sociales se mantendrán? Todos. Siempre hay mejoras por hacer, desde luego. ¿Se añadirán otros? No. En lo que sí estamos pensando es en una reforma de pensiones. Los maestros reciben una suma irrisoria. Las pensiones militares y policiales son constantes: el que se jubila hoy con 3 mil soles, recibirá en 10 años los mismos 3 mil soles. Por eso tiene que haber un reajuste para que la pensión no se devalúe. ¿Cuándo empezaría a caminar esta reforma? Primero se va a nombrar una comisión de alto nivel con gente de fuera incluso para que nos dé un informe a fin de año y en base a eso pueda hacerse una propuesta legislativa. Todavía tenemos un poco de tiempo porque la población peruana todavía es joven. En quince años eso cambiará y hay que hacer los cambios ahora. Una reforma así debe significar uno por ciento del PBI, para empezar. ¿Y se puede financiar esta reforma que propone? Se debe poder financiar. Sobre todo si, como ha dicho el que será ministro de Economía, Alfredo Thorne, vamos a tratar de subir la recaudación tributaria. Él ha hablado de dos puntos más, yo sería más ambicioso, pero en fin... Está siendo más ambicioso que sus propios ministros, me parece. ¿No? Bueno, ese es el papel del presidente. ¿Usted pretende tener un gabinete de larga duración? Mi idea, aunque es un poco optimista, es que el gabinete debe durar los cinco años, aunque sea en su mayor parte. Se necesita estabilidad en el personal. Porque no se gana nada cambiando ministros cada cinco minutos. Yo no creo en gabinetes fusibles. Eso es darle un hueso a la opinión pública que cree que las cosas cambian porque se cambian nombres. Si hay un problema de fondo, hay que atacarlo. Usted dijo que cuando deje el gobierno le gustaría ser recordado como un transformador... Quisiera que el Perú llegue a la modernidad en el 2021. ¿Cinco años no es poco tiempo para lograr eso? Nos estamos acercando poco a poco. Gateando, quizás, pero hemos mejorado. Falta un salto en el ingreso real por habitante. Todavía hay un 23% de pobreza, 8 millones de pobres. Es un montón. A esas personas tenemos que llevarlas a una prosperidad razonable. En cinco años se puede bajar la pobreza a 15%. Para eso se necesita un crecimiento económico de un 5% anual, en promedio. Y, en un segundo lugar, programas sociales dirigidos. Sobre el posible indulto a Alberto Fujimori, su posición ya es clara: no habrá ese beneficio, en cambio sí estudiará una eventual ley de arresto domiciliario a favor de personas mayores y enfermas... Siempre que el Congreso otorgue una ley en ese sentido. Eso es lo que he dicho. De acuerdo. Ahora, ¿le gustaría que este gobierno resuelva el nuevo pedido de indulto para que usted no tenga que decidir sobre él? Yo no soy el presidente, me faltan cuatro días... qué miedo, ¿no? (risas) Pero si el presidente Humala decide hacer eso (resolver la solicitud) yo no diré nada. Mi posición es que los crímenes de lesa humanidad se castigan de la forma en que se hizo con el ex presidente Fujimori. Que esté mayor y quizás enfermo puede justificar, no un indulto, sí cumplir la pena en su casa. Yo no daré el indulto. ¿Le sorprendió esta nueva solicitud de indulto? No, no. Se oyen runrunes hace varias semanas y no debe sorprender. Hay confusión con lo de la reducción del IGV. ¿La idea es que sea un punto anual? Sí, pero sujeto a las metas de recaudación. Esto es parte de un conjunto de medidas para formalizar a la fuerza laboral, que incluye reducciones leves de impuestos. Yo lo que quisiera es que el IGV esté, al 2021, en 15% máximo. Y también creo que el impuesto a la renta para las pequeñas empresas, que es de un 27%, es muy alto. "No soy de derecha, soy alguien pragmático" A tres días de ser presidente, ¿cómo se define hoy? Todo el mundo dijo siempre que yo era un hombre de derecha, pero eso es una simplificación falsa. Soy un hombre práctico. Si me dicen que hay que privatizar el agua, yo digo que nos pasaremos discutiendo años sobre si hacerlo o no. Por eso, lo mejor es poner agua de una vez. ¿Quiénes serán sus principales asesores? ¿Se puede saber ya? Tendremos asesores en Palacio nombrados. Sus nombres se anunciarán en algunos días. Habrá un asesor general, otros asesores políticos. Vamos a tener un asesor presidencial para conflictos sociales, y ya tengo pensado su nombre. No se va a tener un gobierno paralelo pero en temas como corrupción y conflictos tiene que haber oídos y ojos desde Palacio. Max Kuczynski, su padre, era un humanista. Y un intelectual. ¿Cuánto ha influido su recuerdo en su decisión de convertirse en presidente? (Piensa) Yo recuerdo su voz a pesar de que murió en 1967. Me hubiera dicho que estoy loco porque en el Perú hay mucha corrupción, pero estaría muy orgulloso de que me he metido en esto contra viento y marea. Sí influye el recuerdo de mi padre. No ganó un centavo en su vida, trabajó en salud pública y murió con su departamento en Camaná 615, número 301, que estaba al lado de la entonces oficina de Caretas. Era un poco brusco pero muy generoso. ¿Qué le parece el gobierno que se va? Se hizo un gran esfuerzo en algunas cosas pero le causó problemas la impresión de que había un presidente y una gerente general con una influencia muy grande. Eso de por sí no es fatal. Lo que ocurre es que si todo va bien, la gente no dice nada. Pero si las cosas empiezan a frenarse, el ánimo cambia. Cuando las papas queman, la gente se vuelve mucho más crítica. ,