La necesidad de revisar el sistema político peruano.,El entrampamiento entre el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski y el congreso de Keiko Fujimori, donde cada vez que se ve luz al final del túnel, se construye más túnel, se explica tanto por las reglas del juego como por el desempeño de sus jugadores.Este pleito pernicioso para la gobernabilidad se explica por un diseño constitucional que no calza bien con una situación como la actual, como porque tanto el gobierno como la oposición tienen un comportamiento francamente deplorable.Empezando por las reglas del juego. El politólogo y experto en asuntos electorales Fernando Tuesta ha explicado en estos días, con bastante oportunidad, el problema del sistema político del Perú:“Siendo presidencialista, se han incrustado mecanismos propios de sistemas parlamentarios, de herencia europea, creando un híbrido que tiene efectos negativos en la política peruana (…) Así, tenemos figuras como el primer ministro, Gabinete Ministerial, interpelación y censura parlamentaria, voto de confianza y de censura o disolución del Parlamento”.Tuesta agrega que “en los sistemas parlamentarios, el gobierno es elegido en el Parlamento, por una mayoría de un partido o coalición. Si bien se ejerce la función de control político, el gobierno puede gobernar y el Parlamento fiscaliza su labor. No puede haber un gobernante con una oposición parlamentaria mayoritaria”.En este sentido, la metralleta de interpelaciones y censuras fujimorista sería imposible en un sistema parlamentario, en donde si el gobierno pierde mayoría, se censura al primer ministro y se adelantan elecciones. El Perú es el único país de la región con este zafarrancho institucional. Asimismo, la proporción del principal partido opositor en el congreso no tiene correspondencia con la votación que obtuvo.Algo habrá que revisar pensando en el futuro, aunque no, sin duda, para este lustro político, pues esas son las reglas para este partido.Pero sería injusto atribuir todos los problemas del momento actual a las reglas del juego, pues sus jugadores también son responsables del problema en el que estamos metidos.Por un lado, un fujimorismo que juega con estilo artero, sucio y abusando malamente de las cartas que le tocó cuando se repartió el naipe. Por el otro lado, un gobierno desconcertante que, con frecuencia, no parece saber qué quiere, algo evidente en estos días con los mensajes tan absurdamente contradictorios del presidente Kuczynski sobre el indulto de Alberto Fujimori.