El retorno del fujimorismo a la estrategia de choque.,Fuerza Popular (FP) vuelve a refugiarse en un plan de choque contra el gobierno ante su dificultad para conseguir un posicionamiento político que vaya más allá de su pedido legalmente inviable del indulto presidencial para Alberto Fujimori. Esto se manifestó varias veces esta semana en las que FP pareció plantear, gracias a voceros como Lourdes Alcorta, que pretende establecer una ‘insultocracia’ o, quizá, ‘gritocracia’. Ello se observó cuando el ministro Carlos Basombrío se presentó en la comisión de defensa para explicar el papel de la policía en la irrupción de un grupo de miembros del Movadef en una marcha por el Día del Trabajo. En lugar de oír los argumentos del ministro sobre la precaución que la policía toma en estos casos para no realizar detenciones por hechos no comprendidos en la ley que luego no puedan convertirse en casos viables para la justicia, Alcorta gritó un solo de agravios que traslucen a alguien con la sincera vocación de ser una persona lucida antes que lúcida. Esa no fue la única oportunidad desaprovechada esta semana por el fujimorismo pues, en la madrugada del viernes, la bancada de FP persistió en su homofobia y en su posición en contra de la protección de segmentos vulnerables de la sociedad como, sin duda, es la comunidad LGTBI, al derogar el artículo 1 del D.L. 1323. Para ocultar su tufo crecientemente conservador inspirado por pastores que no cesan de exigir el asesinato de homosexuales, el fujimorismo adujo que el congreso no delegó facultades al ejecutivo para legislar sobre esa paparruchada de la ‘ideología de género’. Esto es falso. Y para cerrar con broche de oro esta semana fatal, FP insistió en que Alberto Fujimori sea indultado cuando se sabe que eso es legalmente imposible para condenados por los delitos por los que él está en prisión. El problema de fondo del fujimorismo es su dificultad para posicionarse en el tablero político ante varios hechos que le están ocurriendo. Por un lado, un gobierno al que, al menos por ahora, es complicado atacarlo por la reconstrucción. Asimismo, el pleito Keiko-Kenji desnuda el conservadurismo con olor a naftalina adquirido por FP. Y también está la pugna entre los cinco o seis fujimoristas que aspiran a reemplazar a Luz Salgado en la presidencia del congreso, lo cual los lleva a proferir barbaridades con ventilador. Así que, ahora, ante la falta de una estrategia política que vaya más allá del indulto, y en medio de su turbulencia interna, FP irá contra Basombrío en vez de Martín Vizcarra.