A una semana de las elecciones, se anuncia como ganadora a Keiko Fujimori, tal como se hizo en la elección del 2011sobre Ollanta Humala. Como es sabido, al final ganó Humala por 51,45 % votos, contra 48,55% de Keiko. Nada está dicho y de esta semana depende el resultado final de la elección presidencial del próximo domingo. Existe un amplio consenso en que Kuczynsky ganó el segundo debate presidencial. Estuvo articulado, levantó puntos sensibles y contestó los ataques de Keiko, que guardó silencio ante preguntas tan concretas como si va a hacer algo para conseguir la extradición de sus tíos, Rosa, Juana y Pedro, hermanos de su padre, refugiados en el Japón amparándose en su nacionalidad japonesa para evadir a la justicia por delitos de corrupción. También acertó PPK al recordarle a Keiko los 500 días de inasistencias, de los mil que debió laborar cuando fue parlamentaria. Keiko alegó dos licencias por maternidad y otra por estudios. No queda claro por qué decidió comprometerse a ser parlamentaria si pensaba dedicarse a estudiar. Y dos licencias por maternidad más dos meses para irse a estudiar a EEUU totalizan 240 días de licencia. Pero se tomó 500, cobrando el sueldo pagado por los peruanos. Inevitable pensar en los cientos de miles de esterilizadas contra su voluntad que nunca podrán reclamar esos derechos. No fue mucho más feliz su defensa ante la observación de no haber trabajado nunca. Keiko contabilizó como desempeño profesional sus veinte años de dedicación a la política, plasmados en la construcción de su partido, Fuerza Popular. Hay una primera contradicción, cuando ella incorpora a su currículo su trabajo como Primera Dama del gobierno de su padre (1994-2000), pero al mismo tiempo alega que no tuvo que ver con los actos de ese gobierno. PPK le hizo la observación adicional de que no hay mucho de qué enorgullecerse de los resultados de su trabajo, considerando los escándalos que envuelven a personajes claves del fujimorismo de hoy, como Joaquín Ramírez, el principal financista de FP y su secretario general hasta que estalló el escándalo de que la DEA lo investiga por lavado de activos, y José Chlimper el actual secretario general de FP y su único candidato a vicepresidente (Vladimiro Huaroc se vio obligado a renunciar por la compra de votos repartiendo dádivas). Chlimper es señalado como el responsable de una trama para fraguar pruebas destinadas a desacreditar a Jesús Vasquez, el denunciante de Joaquín Ramírez por lavado de activos. El escándalo ha remecido a Panamericana TV, que propaló el audio editado, y ha provocado la renuncia de la valiente periodista Mayra Albán, que denunció el montaje, el cierre del programa “Las cosas como son” de los periodistas que se prestaron a la farsa, Hugo Guerra y Fernando Viaña, y la caída del director del canal, Pedro Arbulú Seminario. Chlimper ha optado por desaparecer dejando vacío su puesto de vocero de Fuerza Popular. Pero va a ser difícil que pueda mantenerse en la sombra ahora que el Tribunal de Honor del Pacto Ético Electoral del JNE, que fue firmado por Keiko Fujimori, ha aprobado por unanimidad demandar al Ministerio Público iniciar un proceso de investigación preliminar para determinar la eventual comisión de un delito en la entrega de los audios por Chlimper. En vísperas de la primera vuelta, Keiko firmó públicamente un «Compromiso de Honor» para diferenciarse del viejo fujimorismo: “Sé qué capítulos se deben repetir y tengo muy claro cuáles no”. Allí prometía “ser drástica en la lucha contra la corrupción”. Pero a la primera prueba, aún antes de llegar a las elecciones, termina apañando a sus colaboradores más cercanos, acusados precisamente de corrupción. Se imponen las viejas prácticas y saltan las costuras del ropaje democrático del «neofujimorismo». El viejo fujimorismo se luce obscenamente a través del traje descosido. No pudieron mantener las apariencias ni siquiera hasta llegar al día de la votación. Y vuelve a emerger el fujimorismo de ayer, ahora y siempre: ese de los psicosociales, el amedrentamiento, la corrupción, la fabricación de «pruebas», el narcotráfico y el lavado de activos, lozano y renovado. Confiado en que repetirá el plato. Saludo el anuncio de Verónika Mendoza que votará por PPK para cerrarle el paso al fujimorismo. La abstención a estas alturas, votando en blanco o viciado, es favorecer el retorno de esa dictadura que encanalleció el país.