Balances preliminares entre lo esperado y lo logrado.,Mientras la campaña electoral va terminando, el gobierno de Ollanta Humala ya está preparando el balance de su presidencia, identificando logros –que no son pocos–, mientras que hay áreas en las que hubo retrocesos evidentes y clamorosos. Aunque a algunos les parezca una intromisión indebida, un presidente tiene el derecho; y hasta el deber– de defender sus políticas públicas, especialmente cuando los candidatos a reemplazarlo plantean discrepancias. Aunque cuando se acerca su final, como ocurre en este momento con la administración Humala, un gobierno tenga poca fuerza para nuevas iniciativas, la defensa de sus logros es un derecho que no se le puede menoscabar. Así, cuando ayer le preguntaron al ministro Alonso Segura por cuál plan económico le parecía mejor, el de PPK o el de Fuerza Popular, es válido que crea y diga “el del ministro actual”. El manejo macroeconómico del gobierno ha sido, en efecto, prudente, lo cual contrasta con la expectativa pesimista que, al respecto, existía en la anterior campaña electoral. Faltó, sin embargo, un aliento más sólido para promover la inversión privada, mediante la erradicación de trabas burocráticas innecesarias, lo cual impidió un crecimiento mayor. En el plano internacional también hay logros por exhibir, desde el fortalecimiento de la relación con la Unión Europea y Estados Unidos –sobre lo cual también había duda hace un lustro–, hasta la consolidación histórica del esfuerzo de los dos gobiernos previos para conseguir el favorable fallo en la corte de La Haya sobre el diferendo limítrofe con Chile. El balance del gobierno también incluirá los avances en infraestructura, vivienda, programas sociales, y el establecimiento de una buena política de educación para el largo plazo. Hay, en cambio, dos áreas en las que se esperaba una mejora pero ocurrieron retrocesos, como la seguridad y la lucha contra la corrupción, sobre las cuales el Ministro del Interior acaba de decir que “nuestra delincuencia se ha vuelto mucho más violenta y hasta letal”, y el contralor que “si algo hacemos mal en el Perú, es luchar contra la corrupción”. A diferencia, un terreno en el que había preocupación durante la campaña electoral pasada, pero en el que el comportamiento del gobierno ha sido muy correcto y respetuoso, es el del mantenimiento del marco democrático y el respeto a las instituciones, así como de la libertad de expresión, además del uso cuidadoso, neutral y no politizado de los medios de comunicación en manos del Estado, como Canal 7 y Radio Nacional.