EFE. El barrio de la Pequeña Habana de Miami, el corazón del exilio cubano, prosigue la fiesta que se desató desde la madrugada del sábado, poco después de que se diera a conocer la muerte del histórico líder Fidel Castro.Desde primeras horas y durante la tarde del domingo las inmediaciones del icónico café Versailles, aunque en un menor número que el sábado, se vieron colmadas de exiliados cubanos y personas de varias nacionalidades que festejaban la "muerte del tirano", entre gritos por la libertad y por la instauración de la democracia en el país caribeño.Algunos de los presentes en la icónica calle ocho utilizan las cámaras de las televisiones locales como ventana para volcar una catarsis colectiva, tras largas décadas de espera, en la que no escasean las palabras cortadas, los ojos con lágrimas, el recuerdo a los caídos y hasta deseos de algún tipo justicia."Quiero que las cenizas de Fidel sean arrojadas en el mar del estrecho de Florida, donde tantos cubanos murieron por huir de la dictadura", dijo una mujer a la cadena local Telemundo, rodeada de carteles en los que se leía "No celebramos una muerte, celebramos la libertad" y copias de portadas de diarios locales con el titular "Muere Fidel". ❧El dato Los exiliados piensan realizar una concentración "concisa y poderosa" para llevar un "llamado a la acción de la resistencia cubana", según manifiesto público difundido a la prensa. efe