Después de 12 años, Perú volvió a ganar fuera de casa al remontar ante Paraguay y terminar goleándolo 4-1. Riveros adelantó al local, pero Ramos, Flores, Cueva y un autogol de Benítez sentenciaron el histórico triunfo bicolor. Ahora estamos a solo tres puntos del repechaje.,Nunca digas nunca. La historia está hecha para reescribirse. Para hacer páginas nuevas, para llenarla de letras gloriosas. Nunca digas nunca. Aunque las estadísticas te empujen al pesimismo no hay que perder la esperanza. Hay noches mágicas que te devuelven esa fe, hay partidos que te hacen soñar. PUEDES VER: Tabla de posiciones de Sudamérica y Conmebol actual | VIDEO Tanto que uno piensa que está en él, que eso que se ve en la televisión es una ilusión óptica, que un bromista está jugando con el guion. Pero todos nos pellizcamos y duele. Es verdad, no es una realidad paralela. La nube negra cambió de color, la mala suerte se olvidó de aparecer y Perú hizo lo que todos esperábamos: ganar. Cuando la mala racha nos acercaba a San Marino, consiguió en la cancha tres puntos que hacen que los que conseguimos en mesa tengan sentido. Por eso, nunca digas nunca. Perú entendió que el único camino para vencer a un Paraguay combativo era jugando al fútbol. Suena simple pero no lo es. Recuperar la identidad era una obligación pendiente por la constante presión de obtener resultados inmediatos. En la batalla del Chaco, el equipo se puso los guantes para jugar al golpe a golpe. Un once que decidió presionar en campo contrario, tener la posesión para a partir de ella dominar, someter al rival. El plan iba bien hasta que Santander peleó una de esas pelotas que solo los guaraníes creen que no saldrá y cedió para Cristian Riveros, que con un colocado remate desde fuera del área adelantó al equipo de Francisco Arce. Perú puso una rodilla en el piso pero se incorporó rápidamente. La ‘Bicolor’ decidió mantener el libreto, no se desesperó ante la adversidad y, con la claridad de Yoshimar Yotún –su mejor partido como volante central– y el desequilibrio de André Carrillo y Edison Flores por las bandas, el duelo se igualó. Para ganar también hay que creer. Aunque el arquero Diego Barreto te saque tiros casi imposibles como el de Yotún o el de Renato Tapia que hagan pensar que la gloria no puede ser peruana. Acostumbrado a vivir en medio de la depresión, Perú renegaba de su propia suerte. El equipo de Ricardo Gareca era superior pero el marcador decía otra cosa. En el segundo tiempo, la ‘Bicolor’ salió con la misma actitud y un balón detenido puso las cosas en su lugar. Centro de Yotún, cabezazo de Christian Ramos. La ‘Sombra’ nos dio luz. Para ganar hay que creer. Barreto ya no era héroe, el rol se lo quitó Christian Cueva, ese volante por el que nadie apostaba pero que Ricardo Gareca respaldó cuando todos le dieron la espalda. El tiempo le da la razón. Hoy es nuestro mejor jugador y genera miedo en los rivales. ‘Aladino’ tuvo un show especial en Asunción. Con magia en sus botines, peleó por un balón casi perdido para empezar una contra en la que engancha a un rival y deja solo a Flores. Que todos paren las ‘Orejas’. Estamos ganando. El escenario surrealista hace pensar que los milagros de octubre tardaron, que la llegada de Trump nos ayudó, pero solo es la consecuencia de que Perú haya recuperado la memoria. Que sepa quién es, a qué juega. Perú volvió a ser Perú después de mucho tiempo. Porque el resultado, la goleada, termina siendo la consecuencia de lo que hizo. Un partido perfecto, protagonista con el balón, efectivo ante el arco rival. Antes de este partido, solo habíamos anotado un gol de visita. Ahora fueron cuatro. Después del arranque maniático de Cueva, ‘Aladino’ tenía batería todavía. Un pelotazo de Corzo lo controla magistralmente, el arquero quiere rechazar y le choca en la mano pero esta vez el árbitro juega para nosotros y desde el borde del área la pone a un lado. La tierra tiembla, no es un temblor, son los hinchas saltando. Es la gente abrazándose, siendo feliz, agarrando su camiseta con orgullo como él lo hace. Aquí estuvo Perú, en el Defensores del Chaco, donde pone la bandera de la esperanza. Donde el rojo se vuelve vivo. Con un Paraguay desesperado, Flores centra y Benítez la mete en su arco. 4-1. La suerte puede cambiar, las rachas se terminan. La historia se reescribe. Doce años después, la ‘Bicolor’ vuelve a ganar de visitante. A tres puntos del repechaje, Perú hace realidad nuestros propios sueños. Por favor, no me despierten.