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Fiorella Rodríguez sobre la carrera que retomó a los 38 años: “Me gustaría ejercer la Psicología Forense”

Ahora la popular ‘Amistad’, con 49 años, le abre las puertas a su nueva vida: un retorno al teatro y una convivencia con Iván Micol, su novio. 

Fiorella Rodríguez ha regresado al teatro después de la ola pandémica. Foto: Daniela Otoya / La República
Fiorella Rodríguez ha regresado al teatro después de la ola pandémica. Foto: Daniela Otoya / La República

“La debo haber destrozado”, bromea Fiorella Rodríguez. Se refiere a la pieza musical “Nocturne op.9 No.2”, de Chopin. Ella toca el piano al menos una vez a la semana y recurre a esta melodía con la misma predilección con la que escoge un frasco de Johnson’s Baby: “Me parece un olor tan auténtico, tan rico. No lo cambio por ningún perfume carísimo”. Sus convicciones conforman cada una de sus capas: ex Miss Teen 1992, expostulante a Miss Perú 1995, modelo, actriz, conductora, relacionista pública, productora y, desde los 38 años, psicóloga.

“Mi familia pensó que yo ya había pasado determinados años de estudio y que había encontrado mi vocación en el arte. No pensó nunca que una mujer de casi 40 años les dijera: ‘Voy a retomar mi carrera’. Pero fue una noticia supergrata para todos”, recuerda la también conocida como 'Amistad', quien a los veintitantos, como narra, había iniciado la carrera en la Universidad Ricardo Palma.

—¿Qué te empujó a volver a la universidad?

—Fue un compromiso personal. Yo, cuando me metí al tema artístico, dejé todo: trabajaba como hotelera en Costa Verde y estudiaba Psicología. Pero fue un compromiso siempre regresar a la universidad y terminarla (…). Fue todo muy distinto porque había cursos nuevos y yo regresaba, de pronto, a estudiar con cachimbos.

—Tú llegaste a un aula cuando ya cargabas con fama…

—Cargaba con una hija, cargaba con fama, cargaba con un matrimonio. Por eso me decían ‘La tía star’. “Oye, ¿tú no eres la de…?”. “Shhh. Calla. Estudia” (Risas). Entonces, claro, hay pros y contras. El pro es que ya a cierta edad no tienes temor de preguntar (…). Incluso los profesores eran contemporáneos.

—Al ser una figura televisiva, se esperaría que tu elección académica esté relacionada con las cámaras, pero elegiste Psicología. ¿Planeas ejercer la carrera?

—No lo sé. No me cierro a la posibilidad. No lo sé porque estoy totalmente abocada al arte. Utilizo la psicología mucho como herramienta para mi día a día (…). La he aplicado mucho para mi trabajo como artista, porque, de alguna manera, también interpretar personajes demanda un poco de psicología.

Sin embargo, cuando recuerda que “Criminal minds” está en el top de su repertorio personal de series, una descarga de entusiasmo la lleva a extender los brazos y sonreír: “El tema forense toda la vida me ha llamado la atención… ¡Ahí está! Me gustaría ejercer la Psicología forense. En algún momento de mi vida, no sé, trabajar en el FBI”.

Fiorella Rodríguez usa agenda y, en cada hoja, deja un gran porcentaje para la sorpresa. “Ahorita yo tengo que hacer muchas cosas en el día y tengo que reportarme a mis empresarios por medio de un correo, pero si alguien está con un carro afuera, toca el claxon y me dice: ‘Vámonos al sur’, voy a hacer todo lo que tengo que hacer en el carro, pero me largo”.

—Entonces, sería complicado contestar a la pregunta “¿Qué hace Fiorella Rodríguez en un día?”.

—Sí, bien complicado (…). Una vez yo tenía un evento en el Callao y el evento terminaba a las 7.00 p. m. Pongo el Waze y arrojaba dos horas hasta mi casa, y el aeropuerto lo tenía a tres cuadras. Hablé con una amiga que estaba en Trujillo, que se iba a presentar en un evento de marinera. Me fui al aeropuerto y fui a verla. Yo paro con mi pasaporte en la cartera, con el documento listo para viajar. Me llamó mi familia: “Flaca, ¿dónde estás?”, y yo: “Estoy en Trujillo”. ¡Entré en tal ataque de risa! Y mis parejas tienen que aguantar eso, ya me conocen. Les doy mucha oportunidad a esos impulsos.

—¿Y les das oportunidad a las críticas, por ejemplo, sobre la diferencia de edad con tu pareja?

—No me molesta nada porque soy una persona superrespetuosa en general, y respeto las formas de pensar, pero la vida es mía. El tema de la edad a mí no me hace ruido porque mis ‘viejos’ se llevaban 20 años: he visto cómo un matrimonio hermoso ha triunfado con 20 años de diferencia. Terminó por el fallecimiento de mi ‘viejo’, pero es un matrimonio de casi 50 años. Entonces, el tema de la diferencia de edad nunca ha sido ajeno a mi familia.

 Izquierda: Fiorella Rodríguez junto a Iván Mikol, su novio. Derecha: Fiorella Rodríguez junto a Mikella Callegari. Foto: archivo de Fiorella Rodríguez / composición de Jazmín Ceras / La República

Izquierda: Fiorella Rodríguez junto a Iván Mikol, su novio. Derecha: Fiorella Rodríguez junto a Mikella Callegari. Foto: archivo de Fiorella Rodríguez / composición de Jazmín Ceras / La República

Tampoco fue ajena a su familia la independencia de la artista, una independencia que nació gracias a la camaradería de su padre, Rafael Rodríguez. “Me trepaba en los micros y me decía: ‘En media hora nos encontramos en la casa’. Y ya veías tú cómo yo, chica, trataba de ver qué línea me llevaba al departamento. Tenía que estar ubicada en esta vida, o sea, me enseñó a defenderme muy bien”.

—¿Cuál es el mejor regalo que has recibido?

—Me gustan mucho los escritos, los mensajes. Cuando yo recién conocí a Iván (Ivan Micol, novio) por las redes sociales, me escribió un mensaje tan de corazón… No tienes idea de cuánto valoro el tiempo, me parece valiosísimo: el tiempo no regresa, se pasa rapidísimo.

—¿Y en qué estás ocupando tu tiempo ahora?

—En el teatro. Estoy supercontenta porque regreso al teatro después de pandemia. Estoy en el Centro Cultural CAFAE-SE, de viernes a domingo, en una obra divertidísima que se llama “Fantasmas”, en un personaje que me permite jugar demasiado y estoy muy agradecida por ello, porque para mí es un regalo que me permitan reírme tanto.

Fiorella Rodríguez no hizo clic con la virtualidad. Con las pantallas a un lado, decidió seguir tejiendo la relación de madre e hija con Mikella Callegari, de 24 años. “Mike es, además, muy amiga mía. Valoro su manera de pensar, considero sus consejos. Es una persona a la cual recurro para muchos momentos de mi vida. Ella sabe que tiene toda la confianza del mundo para tocar el tema que ella desee conmigo”, describe.

—¿Qué te aconsejó Mikella cuando saliste del concurso “El Gran Chef Famosos”?

—Que aproveche cualquier repechaje. Puede haber sorpresas. Ella, a veces, parece la mamá. Yo simplemente actúo, luego pienso. Ella es todo lo contrario: ella piensa y después.

—Y en esta dinámica de actuar y luego pensar, ¿te has topado con algo que te ha llevado al arrepentimiento?

—Arrepentirme jamás, de nada. Pienso que todo sirve para algo.

“Soy una persona que vive con mucha ilusión”, confiesa. Le ilusiona, además de las puestas en escena, el concepto de compañerismo que hace una semana ha reformulado junto con Iván y Mikella: “Nos acabamos de mudar, hay una ilusión linda por un hogar nuevo”. Alberga, en este espacio fresco, un piano.

Correctora web y columnista del espacio Glosario azul en La República. Periodista piurana (Udep) con experiencia en el género argumentativo y narrativo, y en la docencia de la gramática española.