Médico de la UNMSM, que dejó su carrera de Ingeniería Química, triunfa en Harvard y en el Centro de Salud Mental de Massachusetts

Luego de participar en un proyecto de ayuda a los más pobres de Lima, decidió dejar sus estudios de Ingeniería Química para postular a la carrera de Medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Preocupado por contribuir a mejorar el país, el Dr. Juan Condemarin desarrolló actividades solidarias en asentamientos humanos de Lima y Chimbote. Sin embargo, con el tiempo se presentaron oportunidades en su vida que lo llevaron a trabajar hoy en el Centro de Salud Mental de Massachusetts y en Harvard, y ser uno de los psiquiatras más prestigiosos en los Estados Unidos, aunque nunca alejado del Perú.

¿Quién es el Dr. Juan Condemarin?

El Dr. Juan Condemarin, aunque prefiere que le llamen Raúl, nació en el distrito de Barranco, de padre barranquino y madre cajamarquina, es el octavo de nueve hermanos. Su progenitor falleció muy joven y su madre crio sola a los pequeños, que hoy son todos profesionales. Cuando era niño, el asma grave que padecía no era impedimento para que metiera un par de goles en los partidos de fútbol que disputaba en su barrio.

 “Cada vez que iba a ver al médico siempre me ponía inyecciones porque a mí me gustaba jugar a la pelota, pero me ahogaba mucho, entonces tenía que ser muy eficiente y jugaba unos 20 minutos, metiendo en un par de goles, a veces hasta tres, y ya después me mantenían para que me marquen, pero nada más. Era buen jugador, me ponían de capitán”, indicó el Dr. Condemarin para La República.

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Cuando cursaba el cuarto ciclo, Raúl decidió dejar su carrera de Ingeniería Química en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), a la que había ingresado con solo 15 años, para postular a Medicina dedicar su vida al cuidado de los demás, luego de asistir a un programa de labor social del grupo Siempre de la Iglesia Virgen de Fátima, de Miraflores y de considerar volverse cura.

“Visité unos pueblos jóvenes de Chorrillos, que se llamaban Las Delicias de Villa. Nunca había visto algo así, yo pensé que, viniendo de una familia pobre, era el más pobre, pero vi una situación de miseria. Esteras que nunca había visto y niños con parasitosis, con cabello rubio, debido a la desnutrición. El lugar quedaba en el último paradero, era un basural, apestaba demasiado, ahí la gente había invadido”, cuenta el Dr. Condemarin para La República.

Mientras se encontraba estudiando Medicina en la UNMSM, fundó el grupo Unidos, con el que desarrolló varios trabajos de labor social en distintos asentamientos humanos de Lima, llegando incluso, al concluir la carrera, a vivir por 5 años en un pueblo joven de Chimbote, donde cavó un pozo durante un año para suministrar de agua a la comunidad e inauguró la primera clínica de la zona, que hoy es un centro de salud a cargo del Ministerio de Salud.

“Quise ser consecuente con mis ideas. Ya había trabajado en muchos pueblos jóvenes de Lima, los más grandes fueron Delicias de Villa y Huaycán, que tenía mucho peso político hace tiempo. Alguien me mencionó un lugar en Chimbote que era muy parecido o peor que el que yo vi en las Delicias: sin agua, desagüe ni luz ni nada, y cometí la locura de vivir con ellos por 5 años. Dejé mis principios ahí y fundé una clínica en ese sector pobre con ayuda de mucha gente y recursos”, recuerda.

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El destino le tenía preparado Harvard

Luego viajó a los Estados Unidos para perfeccionar sus conocimientos, especialmente en salud mental, que era algo que consideraba que le faltaba aprender y con lo que esperaba después volver a Perú. Postuló por una residencia en el Mount Sinai Hospital, que pertenece a la Universidad de Nueva York, donde estudió psiquiatría y medicina psiquosomática por cuatro años. Al interesarse cada vez más por el tema, decidió cursar por dos años más las especialidades de VIH/SIDA, adicción y psicoanálisis.

Sin embargo, las oportunidades que se le presentaron cambiaron sus planes y la Universidad Harvard le ofreció que se quede a trabajar para ellos. El Dr. Condemarin, viviendo años allá con su esposa e hijo, aceptó la propuesta.

“No pensaba quedarme aquí en los Estados Unidos. Yo vine aquí con mi esposa, también estudiante de medicina como yo en esa época, mi compañera de todas mis locuras en los pueblos jóvenes en Chorrillos y Chimbote también. Ella falleció hace tres años de Cáncer, pero en ese entonces ya estaba con mi hijo, mi esposa también estaba avanzando, Harvard me da la especialidad y un trabajo después, me dicen que quieren que me quede a trabajar para ellos, entonces se comenzaron a abrir las puertas”, indicó.

El psiquiatra peruano, especialista en psicofarmacología, trastornos de ansiedad y del estado de ánimo y trastornos por abuso de sustancias, es miembro de la Academia Estadounidense de Pediatría, la Academia Estadounidense de Mecánica, la Academia Estadounidense de Psiquiatría de Adicciones, la Academia de Medicina Psicosomática y la Organización de Psiquiatría del SIDA. Asimismo, ha recibido cuatro veces el premio al mejor psiquiatra de Estados Unidos por el Consejo de Investigación de Consumidores del mismo país.

Actualmente, labora en el Centro de Salud Mental de Massachusetts y en el Centro Médico Beth Israel Deaconess, el primero es un hospital psiquiátrico y el segundo de carácter más general. Asimismo, es profesor en la Facultad de Medicina de Harvard y en los dos espacios donde trabaja. En su interés por no alejarse del Perú, el Dr. Condemarin busca colaborar con la UNMSM y dictar algunas conferencias en su alma máter.

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