Sociedad

EsSalud: donación de órganos se redujo en un 75% por pandemia de COVID-19

Cardiólogo de EsSalud, Walter Alarco, sostuvo que el país es el penúltimo en la tasa de donación de órganos por cada millón de habitantes. “Por cada millón, donan dos”, acotó.

Eny Salazar fue la primera mujer que recibió un trasplante corazón en 2021. Foto: Joel Robles / URPI-LR
Eny Salazar fue la primera mujer que recibió un trasplante corazón en 2021. Foto: Joel Robles / URPI-LR

Debido a la pandemia, la salud de los más vulnerables se ha visto afectada y no necesariamente por la enfermedad del coronavirus. Por ejemplo, la donación de órganos se ha reducido en un 75% en lo que va de la COVID-19 en el Perú, según cifras de EsSalud.

En ese panorama, miles de pacientes en lista de esperan día a día mientras dan batalla a su enfermedad en busca de una oportunidad.

Asimismo, Walter Alarco, cardiólogo del Instituto del Corazón (INCOR) de EsSalud, destacó que un solo donante puede salvar hasta ocho vidas, durante la conferencia de prensa sobre un exitoso trasplante de corazón de una mujer de 35, siendo la primera.

También pidió que se respete la decisión de los familiares que ponen en su DNI que sí son donantes de órganos. Además deseó que más personas de adhieran a esta iniciativa. “Somos el penúltimo país en cuanto a la tasa de donación de órganos por millón de habitantes, son solo dos donantes por millón”.

Donar es salvar vidas

Donar es salvar vidas, eso lo sabe muy bien Eny Salazar. La joven madre se convirtió en la primera paciente en recibir un trasplante de corazón este 2021. Ella tuvo que esperar tres largos años para conseguir un donante debido a una cardiopatía que cada vez ponía en riesgo su salud.

“Su corazón se dilataba como un globo y no le permitía bombear la sangre necesaria al organismo. Esto desembocó en una falla cardíaca crónica que le causaba mucha dificultad para respirar, fatiga y no le permitía caminar. Ella necesitaba un trasplante de corazón con urgencia para seguir viviendo”, cuenta Walter Alarco.

Eny trabajaba como costurera y vendía comida para ayudar a sacar adelante a sus dos hijas. Sin embargo, poco a poco su salud se fue deteriorando por los constantes padecimientos y fatigas que presentaba. El pasado 13 de abril una llamada le cambiaría la vida.

“Nos dijeron que había un donante para mi mamá. No lo podíamos creer. Rezamos mucho para que todo salga bien y lo dejamos en manos de Dios. Su recuperación ha sido positiva”, cuenta su hija Andrea, quien la acompaña y ayuda a desplazarse mientras realiza su terapia en INCOR.

Andrea hizo un llamado de solidaridad a las personas y familiares de pacientes que no teman a la donación de órganos porque pueden salvar más vidas y dar una esperanza a tantas otras que luchan por sobrevivir.

“Espero que más personas pongan el sí a la donación de órganos y a sus familiares que lo permitan para que puedan salvarse más vidas”, concluyó.