Señalan impactos de la COVID-19 en Loreto, Piura y Arequipa
En diálogo virtual los ponentes precisaron la huella social, económica y sanitaria que viene dejando la pandemia en estas regiones.
El conversatorio, organizado por el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), se inició con la intervención del ingeniero de sistemas de la Universidad Católica San Pablo de Arequipa, Erick Gómez. Él se refirió a la implementación de un servidor COVID-19 que está permitiendo a la ciudadanía acceder a datos sobre la evolución de la enfermedad en todas las regiones del país.
Lo presentó como una herramienta simple de entender, con un mapa del país que muestra el número de casos confirmados por cada cien mil habitantes. Dijo que con esta modalidad se explora mejor lo que pasa en cada región. Refirió que en Arequipa hay 515 confirmados por cada cien mil habitantes.
Sobre Loreto, el presidente del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), Pablo Puertas, señaló que se paralizaron sus principales fuentes de ingresos como son el canon petrolero y el turismo. Las actividades extractivas están afectadas y son 4 mil los hogares que han perdido empleos, de manera que la reactivación económica tomará su tiempo.
En cuanto a la enfermedad, ésta se ha trasladado con fuerza a las comunidades indígenas donde no tienen acceso a atención médica, tampoco a medicinas. La región más grande del país tiene 1.7 médicos por cada mil habitantes, precisó Puertas.
De Piura se ocupó Henry García, del Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA). Dijo que, de los 20 mil casos de contagio confirmados, el 1.5% está en la sierra piurana: Ayabaca, Huancabamba y Morropón. Resaltó la organización estratégica de las comunidades rurales para controlar la propagación del virus y el papel de las rondas campesinas en la restricción del tránsito de personas.
Relató que a partir del 15 de mayo se dio el retorno masivo de pobladores a los caseríos, entonces las rondas campesinas cambiaron de estrategia: dejaron pasar a los retornantes, pero reportándolos al Centro de Salud para que cumplan la cuarentena. Indicó que la pandemia puso de manifiesto la solidaridad que existe en la población rural. A pesar de sus carencias, fueron ellos los que brindaron alimentación a los que guardaban aislamiento.
En Arequipa, donde apareció el segundo caso COVID-19, la enfermedad creció en mayo, lo que generó la aplicación de una estricta cuarentena en toda la ciudad. Percy Miranda, del Gobierno Regional de Arequipa, manifestó que en esta región se detectan 800 casos diarios y 20 fallecimientos al día. Ahora tienen el dilema de continuar o no con la cuarentena porque se ha creado un conflicto social a raíz del cierre de los mercados.
También participó la psicóloga Lisha Galagarza. Ella explicó los cambios que se han producido en la vida familiar y los conflictos generados por la pérdida del empleo, el alto nivel de estrés, la convivencia y el acelerado ciclo de violencia. Indicó que, entre mayo y junio, el Ministerio Público recibió denuncias por violencia familiar y sexual, en su mayoría intrafamiliar.
Mientras se desarrollaban las ponencias, los organizadores del diálogo hicieron una encuesta con la siguiente pregunta: ¿Qué es lo más importante para disminuir la curva de la pandemia? Un 43.4 % respondió: Mayor compromiso de la sociedad civil. Otro 34.0 % dijo: Rastreo de contagiados y contactos.
Newsletter Política LR
Suscríbete aquí al boletín Política La República y recibe a diario en tu correo electrónico las noticias más destacas de los temas que marcan la agenda nacional.