Fast foods no respetan derechos laborales, no hay sindicatos ni permiten formarlos
Hasta octubre de este año, 194 personas fallecieron en sus centros de trabajo, según el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo. Cifra supera los 151 casos reportados durante el año pasado.
Un sistema laboral que se aprovecha de las necesidades de miles de jóvenes peruanos. La muerte de Alexandra Porras (18) y Gabriel Campos (19) en McDonald’s de Pueblo Libre indujo a que decenas de personas den luces sobre los abusos que sufrían para ganar S/ 2.27 (part time) y S/ 5.07 (full time) por hora en empresas de este tipo.
Al igual que estos adolescentes recién egresados de la secundaria, Alessandra Quiroz aceptó trabajar en McDonald’s para estudiar en la universidad. En un testimonio que publicó en Facebook cuenta que terminaba sus labores a la 1 o 2 de la madrugada, cuando su horario en realidad culminaba a la medianoche.
“El gerente te decía que no puedes retirarte si no has terminado de trapear todo el segundo piso, haber limpiado los baños, mesas, etc. (...) Si al día siguiente había una supervisión, que generalmente siempre había durante el mes, ahí sí tenías que quedarte de largo porque era baldear dos veces, limpiar los baños más de tres veces (...)”, reveló.
Guillermo Boza, abogado laboralista, explicó que este tipo de empresas suele contratar de forma temporal a sus trabajadores, una condición que impide que ellos se quejen de los maltratos, pues, de hacerlo, pueden ser reemplazados.
“Si es que el trabajador tiene una jornada ordinaria debe cumplir con 8 horas diarias o 48 horas semanales. Quienes trabajan part time tienen menos derechos laborales, pues no les dan CTS ni vacaciones, pese a que existe un convenio con la OIT para que tengan 6 días de descanso continuo. Lo que tienen en común ambas partes es que carecen de protección contra el despido, es decir, en cualquier momento los pueden botar", explicó.
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Lo narrado por Alessandra es considerado una infracción que debe ser sancionada, pues ningún empleador puede obligar a una persona a trabajar más de lo habitual. “El Tribunal Constitucional estableció que la jornada laboral debe ser razonable. Lo normal en el derecho comparado es que entre la jornada ordinaria y el sobretiempo no se excedan las 12 horas para que tengan 12 horas adicionales para reponerse. Esto no sucede en el Perú, los trabajadores terminan laborando más tiempo”, indicó.
Un sector “seguro”
No importa el tipo de contrato que tenga cada empleado, las empresas deben garantizar seguridad y salud para ellos. Hasta octubre de este año 194 trabajadores murieron en sus centros de labores. El año aún no culmina, pero esta cifra ya supera en 43 a lo reportado en todo el 2018.
El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE) también indica en su boletín sobre accidentes registrados que, hasta el mes mencionado, 28.736 empleados sufrieron lesiones mientras laboraban. Cabe señalar que estas cifras consideran solo lo denunciado por trabajadores de empresas formales.
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El 4% de estas lesiones se sufrieron en empresas como McDonald’s y otros restaurantes, donde los jóvenes que atienden al público no cuentan con un seguro complementario de trabajo de riesgo, pese a que también les ordenan trapear, cocinar y limpiar los locales. Solo gozan de este beneficio laboral quienes trabajan en mineras y constructoras.
La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) deberá verificar que la sede de Pueblo Libre contaba con un mapa de riesgos, identificación de peligros y un comité de seguridad y salud, cuando Alexandra y Gabriel fallecieron allí.
La formación de sindicatos es un acto “terrorista”
Dos trabajadores de Pizza Hut denunciaron a este diario que la gerenta de la tienda donde venían trabajando 8 años y 2 años y medio los hostigó laboralmente por querer formar un sindicato.
El que venía trabajando más tiempo se desempeñaba como repartidor motorizado. “La última gerenta hizo que quisiéramos reclamar nuestros derechos, pues quería que todo lo cumpliéramos al pie de la letra. Recursos humanos decidió pagarle un gran monto por la liquidación con tal de que se retirara del centro de trabajo, pues era uno de los que también quería formar un sindicato”, contó.
Otro joven encargado del área de producción denunció que la misma gerenta le dijo que había escuchado su intención de formar un sindicato, práctica que calificó como un “acto terrorista”. “Los de recursos humanos me dijeron que era considerado persona no grata para la empresa. Yo quería renunciar porque ya había terminado mis estudios y era solo por eso que aguantaba estar ahí”, afirmó.
Ni en el MTPE ni en la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) hay registro de sindicatos de fast foods. Moisés Vega, secretario de defensa de la CGTP, precisó que lo narrado por ambos jóvenes es una práctica antisindical que debe ser sancionada con cerca de S/30 000. “En la Sunafil deben haber gran cantidad de denuncias de este tipo. Si esta infracción se penalizara con cárcel, muchos tendrían cuidado antes de impedir que se forme un sindicato”, comentó.